Jessica Maciel se muestra serena, sonriente y dispuesta a responder lo que se le pregunte. Da muestras de su carisma, sencillez y gratitud, con cada cosa que dice. La artista trans que hoy tiene 2.2 millones de seguidores en TikTok , entre ellos un gran porcentaje de niños y niñas, llegó a Villa Carlos Paz para encabezar su obra, “Clandestinas”, en Espacio Fénix de la ciudad, sobre personas que fueron exiliadas y excluidas durante siglos, y que hoy tienen más posibilidades de expresarse, mostrar su arte y compartir la celebración de la vida.

Su popularidad explotó en TikTok, en el momento de confinamiento por la pandemia de Covid-19. La red social enseguida la reconoció como figura pública. En los últimos años, Jessica trabajaba día a día para sobrevivir como artista independiente, “El humor es lo mío, lo que me encanta hacer”, manifiesta. Después de ese momento, no paró de trabajar.

Llenó dos funciones del teatro Astral de Buenos Aires junto con otros artistas que participaron en “Academia de Tiktokers”, obra de Ernesto Medela, y hoy se presenta en la Villa con su nueva propuesta, de la mano de Sasha Brown y Tamysha Montrese, a la gorra.

En conversación con Carlos Paz Vivo!, habló de su presente laboral, de cómo este contrasta con su pasado, y del amor de los chicos, como un regalo y sorpresa que la vida le brindó, sin esperarlo.

-¿Cómo fue que te convocaron para hacer temporada en Villa Carlos Paz como cabeza de compañía por la obra Clandestinas?

-Es la primera vez que vengo a Carlos Paz y realmente estoy muy contenta. La propuesta vino de We Latinoamércia Entertaiment, la misma productora que trajo este verano a Pachano y enseguida les dije que sí, que me encantaba la idea, y acá estoy.

-¿De qué que se trata la propuesta?

-Ya el nombre dice varias cosas. Nosotras las transexuales hemos sido clandestinas casi toda nuestra vida. Somos dos chicas trans y un actor transformista que vinimos a Carlos Paz para salir de la clandestinidad y mostrarnos arriba del escenario para dar una fiesta de humor a la gente. Todas hacemos comedia, ese es mi fuerte. Tiene mucho juego e interacción con la gente. Entre los cuadros cómicos que hacemos entre nosotras, salgo yo a hacer mis monólogos, tipo stand up.

-¿Cómo es la reacción de la gente?

-Se ríen muchísimo, lo disfrutan realmente. Fijate que es raro porque hay un plus. Hay un porcentaje muy importante de seguidores míos que son niños y niñas que me siguen de TikTok. Mucha creatura en el teatro, desde lo 7 u 8 años para arriba. Cuando me ven parada en la vereda me saludan con mucho amor.

-¿Es un show para toda la familia?

-Así es, es un show para toda la familia aunque estamos en trasnoche, porque además nos van a ver esos chicos. No decimos palabras subidas de tono, ni groserías, todo es con la doble, insinuación, nos cuidamos muchísimo. Para mí fue toda una responsabilidad a partir de saber quiénes me seguían.

-¿Qué te aportan los ninos y niñas seguidores?

-Escucharlos reir, es hermoso. Este dato de que los niños me seguían, lo descubrí cuando me dijeron una vez: ‘Che, vení que hicimos una encuesta, te convocamos a una juntada con tus fans’ ¿Con mis fans?, pensé yo. Hoy tengo 2.2 millones de seguidores en TikTok, pero en ese entonces tenía 500 mil. Llegué al Planetario y era un hormiguero. Pensé que toda esa gente había ido a ver un espectáculo, pero me fueron a ver a mí. Esto fue antes de la pandemia.

-No lo podías creer

-Fue uno de los días que más lloré y le agradecí a Dios y al universo. Esa responsabilidad de ser seguida por niños, me hizo cambiar algunas formas de contar las cosas.

Jessica Maciel junto a Sasha Brown y Tamysha Montres, hacen “Clandestinas”.

-¿Cómo fue el ascenso en tu carrera después del fenómeno de TikTok?

-Yo siempre fui artista independiente y  aTikTok lo bajé para divertirme. Conocí la aplicación arriba del escenario porque un compañero me dijo ‘hagamos un TikTok’. Le pregunté qué era, empecé a jugar con eso y la explosión fue durante la pandemia. Porque creo que a todos nos agarró la depre encerrados y necesitábamos hacer cosas. En un momento dije: ‘No me va a matar la depresión, tengo ahorros, a mi marido que me mantiene con su sueldo. Lo exprimí como naranja (entre risas) así que me divertí con TikTok.

-Enseguida de reconocieron como figura pública en TikTok…

-Sí, normalmente uno siempre tiene que ser amigo de alguien importante, o tener cierta conexión para que te reconozcan. Pero justo cuando me había gastado todos los ahorros, llegó la verificación, que es el reconocimiento más importante de las redes sociales. Entonces, a partir de eso, que también fue otro de los días más emocionantes de mi vida, empecé a trabajar mucho. Me contactaron agencias, cantantes para trabajar con ellos, como Carol G, Thalía, etc. Fue realmente emocionante.

-Un cambio rotundo…

-Y yo soy re maricona, siempre agradeciendo… todo el tiempo, en las redes. Por eso, cada tanto freno el personaje y les agradezco de corazón a mis seguidores. Después, trabajar en el teatro Astral, fue otra situación increíble. Se trata de uno de los teatros más grandes de Buenos Aires y lo llenamos. Hicimos “Academia de Tiktokers” creada y dirigida por Ernesto Medela. Él hizo un casting con los convocados y a raíz de eso, escribió la obra. Nosotros, los tiktokers, hicimos de nosotros mismos, pero él armó toda una historia, un cuento increíble. Una comedia para chicos con la que llenamos dos Astrales. Ernesto Medela escribió las obras más importantes de este país y de otros, así que una locura lo que viví este último tiempo… ÉL Agarró barro y lo transformó en oro.

-¿Por qué creés que llegás tanto a los niños?

Yo siempre digo que vengo de épocas durísimas, de mucho sufrimiento. Soy una sobreviviente al odio, al maltratato, a una selva. Cuando me pasó de entender que los niños que me siguen me aman, lo tomé con mucha gratitud. Una nena que creo que habrá tenido 6 años, me vió, me regaló una carta, un osito y me dijo: ‘A mí no me importa lo que vos seas, yo siempre te voy a amar”. Y eso me marcó profundamente. Tuve y tengo momentos como esos increíbles pero este que cuento lo recuerdo siempre. Me lloré todo al frente de la gente y me quedé abrazándola.

Entonces reflexioné, el problema antes no era de los niños, que a veces me miraban medio raro, sino que ahora, 2021, con tantos derechos y visibilización, veo que el problema no lo tenían ellos, sino los grandes. Y poder reeducar a los niños, contándoles y diciéndoles: ‘Cuando vean alguien como yo en la calle, tírenle buena onda, y que ellos aprenden, es genial. Además, es increíble ver cómo los niños combaten el hate (odio) en redes. Por ahí alguien se filtra y me escribe cosas feas y ellos me defienden con frases como ‘A vos qué te importa’, ‘Dejala en paz’, A vos no te hace nada’ y cosas por el estilo. La verdad que es hermoso.

-¿Cuál es tu opinión respecto al avance en reconocimiento de derechos para las minorías, las disidencias sexuales en nuestro país?

-Creo que hablar de disidencias sexuales es seguir estigmatizando. La sexualidad es algo que tenemos en la intimidad. No tiene que por qué limitar a la persona en la vida. Todos como seres humanos tenemos que tener los mismos derechos. Seguimos siendo seres humanos con gustos y diferentes. Pero sé que hubo un grupo muy grande de gente que apunta con el dedo a los que tenemos esas elecciones diferentes, y por eso, pasaron cosas tremendas. Pero contestando a tu preguntas, creo que estamos bien. Vengo de una época donde casi me mataron en varias ocasiones, tiros, puñaladas, palizas. Gratuitamente, por ser quien uno es, que la Policía se abuse del artículo 22 que habilitaba maltratar al que no llevaba la ropa adecuada al sexo. Los que nos odiaban, tenían piedra libre para matarnos. Han matado compañeras al lado mío, y la Policía no hacía nada. Éramos como perros que moríamos en la calle. Entonces vengo de esa época y ver que ahora un policía ahora te saluda, te pide una foto, ya está bárbaro, y respecto a muchos de los derechos que ya se han ganado, pienso que el que quiere, puede.

-Veo que no te ganó el resentimiento y además tampoco te comió el personaje…

-Para nada, vengo de muy abajo y eso me hace tener bien los pies sobre la tierra.

A veces pienso: ‘Yo estoy muerta. Yo morí y ahora vivo este sueño que es lo que siempre quise vivir. Soy un espíritu, estoy en el paraíso. Estoy ahora como el paraíso para quien alguien como yo, artista, que la rema desde hace rato, durante años.

-¿Qué proyectos tenés en mente?

-Lo que se viene es La Academia de Tinelli. Fuimos convocados muchos influencers para un reality que lo hizo Lizardo Ponce para los creadores de contenido de las plataformas del 13. Pensar que no llegaba al casting… llegué y quedé en el casting y este año 2022 voy a arrancar con ese trabajo.

-¿Con quién más querés trabajar?

-Mirá, yo aprendí que cuando uno más se desespera, las cosas no pasan. Cuando uno se relaja todo fluye y te lo digo por experiencia, yo que la remé en dulce de leche. Sin ambiciones dije: que la vida me sorprenda, que pase lo que tenga que pasar y listo. Me gustaría hacer muchas cosas, con mucha gente. Logré muchas cosas sin buscarlas y voy por ese camino…como el haber estado conversando con Thalía y trabajar para ella…

-¿Qué más agradecés a la vida?

-Me crié con una familia muy cristiana que en un momento me rechazó y me echó a la calle. Mi mamá me leía la biblia todo el tiempo. Después, yo pensé que si un hombre envía a su propio hijo a dar la vida por todos nosotros, él no puede tener tanto odio  como que dicen los cristianos, con el que puede cometer un error. Por más que he estado en las peores situaciones de vida, me arrodillé y le pedí fuerzas a Dios. Para mí es ese Dios, el que tuvo un amor inmenso como parar dejar que su hijo muera por todos nosotros. Creo que él va a juzgar lo que yo haga por mi vida y por los otros. El que hace las cosas bien, le va a ir bien y el que hace las cosas mal, le va a ir mal. Me quedé con el Dios que nos ama de esa manera. Pero quiero recalcar mi agradecimiento eterno a la vida, a la gente, a los niños y niñas que me siguen y a sus padres que los llevan a donde esté. Gracias infinitas.

“Clandestinas” puede verse todos los días, a las 0,45 en Espacio Fénix (9 de julio N°5, Planta alta) de Villa Carlos Paz La entrada es a la gorra.