La pandemia de coronavirus tiene historias que superan la ficción. Y que suceden en cada lugar, muy cerca de cualquiera, a la vuelta de tu casa, en tu ciudad. Este caso es de Carlos Paz y sus protagonistas son una madre de 74 años y su hija.

Norma Quigley (74) está internada desde hace más de una semana en la UTI del Sanatorio Punilla. Su hija, Silvia Sosa, pide poder visitarla aunque sea unos minutos ya que teme que sea la última vez que la vea.

“Mi mamá entró el miércoles de la semana pasada al Sanatorio Punilla. Hace una semana y media que está en Terapia Intensiva”, contó la mujer que explicó que Norma ingresó con un cuadro de insuficiencia respiratoria y cardíaca con otras complicaciones. Y apuntó que los médicos le dijeron que su estado es grave.

En ese periodo, a Norma le hicieron dos hisopados para constatar si tenía COVID-19 y los resultados dieron negativo.

Desde el nosocomio, le advirtieron que los protocolos de atención han cambiado desde el inicio de la pandemia y que no se les está permitido a los familiares ingresar a visitar a los pacientes internados en la UTI.

“Hablé con los médicos, que trabajan en equipo, supervisados por médicos del Hospital Italiano, con otros amigos, que me dijeron que el tratamiento iba bien”, expresó Silvia y añadió:  “El tema es que la parte emocional, la parte psicológica que afecta mucho al paciente, hasta el miércoles estaba consciente, muy lúcida. Y puede pasar que se haya puesto nerviosa por estar sola en la terapia”.

El estado de salud de Norma se complicó en los últimos días y el temor de su hija es no poder despedirse de ella.

El drama afectivo y emocional

“El punto que voy es a la parte afectiva, que no se puede tener contacto con ella. Soy hija única y estamos las dos solitas. Siento la necesidad de verla. Le mandaba cartitas para que se la lean las enfermeras. No nos podemos ni siquiera despedir. No va evolucionando bien, no me han dado esperanzas, y no la puedo ver en vida a pesar de que no la puedo tocar”, dijo Silvia a Carlos Paz Vivo!

La mujer relató que les ofreció a los médicos comprar el equipo de vestuario con todos los elementos de  protección para poder ingresar a la UTI a despedirse de su madre. “Tampoco se puede porque hay una reglamentación en los hospitales que hay que respetar. No quiero perjudicar al sanatorio, respeto lo que está sucediendo con la pandemia, lo entiendo perfecto. Pero sería bueno que se busque una forma para que nos podamos comunicar con los familiares”.

Y agregó: “Vivimos este tiempo con mucha angustia y es una situación que se tiene que rever. Es extremadamente difícil y triste que una persona termine sus días aislado, sin poder tener contacto con sus familiares. Eso es lo que está aconteciendo”.

 

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