Hace unas semanas, los vecinos de Carlos Paz vieron caer la fachada y el interior del hotel Mon Petit, uno de los establecimientos con más historias para contar de esta ciudad, que se creó y forjó en torno al turismo.
Una empresa desarrollista montará allí un edificio y quedará para el recuerdo en fotografías lo que significaba el Mon Petit para los carlospacenses y los visitantes de la villa. Por el Mon Petit pasó un joven Diego Armando Maradona, concentró el Talleres de la Pepe Reinaldi y el Hacha Ludueña y hasta dicen que pernoctó el mítico Sandro.
El debate por los edificios y lugares históricos de una ciudad con apenas 110 años es casi inexistente en la ciudad. Y una muestra es aquella casa de Carlos Nicandro Paz que se volteó para hacer una playa de estacionamiento de un supermercado, en la esquina de San Martín y Florida. La idea reparadora de la empresa fue realizar una obra de arte en chapa en recuerdo de aquella casa que no era fastuosa pero era única y mostraba cómo comenzó todo esto.
La ordenanza que busca la preservación de los sitios históricos de la ciudad fue promulgada en 2002. No está claro desde aquella fecha qué lugares se recuperaron y uno de los que aparece a la vista es el Parque Estancia La Quinta, donde se logró una recuperación del edificio y se montó un espacio para la cultura, la historia y la recreación. Un paso adelante para mixturar historia y progreso en una misma carta de presentación.
Pero más allá de eso, lo demás es poco y nada o, al menos, no está debidamente informado.
Ordenanza desde 2002
La ordenanza dispone establecer “acciones de preservación de aquellos bienes considerados componentes del Patrimonio Cultural y Natural de la Ciudad y fijar los alcances del Municipio sobre los bienes de propiedad pública o privada, situados dentro de la jurisdicción de la Ciudad”.
Además, se propone “DECLARAR de Interés Municipal de acuerdo a la clasificación de Monumentos, Conjuntos y Lugares, a aquellos bienes muebles, inmuebles y objetos de interés artístico, histórico, paleontológico, arqueológico, etnográfico, científico o técnico: el patrimonio documental y bibliográfico, los yacimientos de zonas arqueológicas, sitios naturales, jardines y parques que tengan valor artístico, histórico o antropológico”.
Y sigue en sus artículo 3 y 4: “ consideran “Monumentos” a las obras arquitectónicas, esculturas o pinturas, elementos o estructuras de carácter arqueológicos, inscripciones, cavernas, aleros, cualquier elemento o grupo de elementos, cuyos valores intrínsecos los constituyen en irremplazables, por sus características excepcionales y que tengan relevancia comprobadas como componentes de la herencia espiritual o intelectual de la comunidad asentados dentro de la jurisdicción de la Ciudad de Villa Carlos Paz.-
Artículo 4°.- Se consideran “Conjuntos” a los grupos de construcción aisladas o reunidas, cuya arquitectura, unidad o integración en el paisaje forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa testimonian óptimamente, por sus particulares valores históricos, arquitectónicos, ambientales y/o paisajísticos, las diferentes etapas edilicias del desarrollo urbano de la Ciudad de Villa Carlos Paz a través del tiempo.-
Artículo 5°.– Se consideran “Lugares” a las obras del hombre, u obras conjuntas del hombre y la naturaleza, así como las zonas o áreas completamente naturales, incluidos los lugares arqueológicos, los elementos de la naturaleza autóctonos o no, los espacios públicos que favorezcan a una mayor calidad del ambiente y el paisaje, y que representan un importe de valor histórico, cultural y ecológico.
Una de las facultades que otorgó esta normativa promulgada en 2002 es la creación de un fondo especial para aplicar en los casos en que se necesite accionar, por ejemplo, una expropiación. Sin embargo, no está muy clara esa metodología.
Sí plantea una relación con el propietario del inmueble que le obliga a éste a advertir sobre los cambios que quiera hacer en la edificación declarada patrimonio histórico.
Una opinión de historiador
Piti Bertorello es uno de los hombres que se ha dedicado a contar la historia de la ciudad, sus personajes y sus lugares, muchos de los cuales ya no están.
“Es una discusión larga, pero depende del lugar del mostrador que te toque estar: si sos vendedor es una cosa, si sos comprador, es otra”, dice Bertorello que acotó: “Hay que preservar algunos sitios históricos, pero que realmente tenga un valor histórico porque si cada casa que vamos a tocar, vamos a declararla como patrimonio histórico va a ser una ciudad llena de patrimonio histórico”.
Apuntó, además, que de las casas construidas por Carlos Nicandro Paz que dieron origen a la ciudad no queda nada. “De don Carlos Paz no queda nada pero lo que construía eran casuchas, no eran grandes mansiones, eran casas de campo, estilo campestre con techos de chapa de Zinc”, cuenta.
Y asegura que lo que queda en pie y tiene un real valor histórico según su opinión es la el Castillo Zárate, que data de 1922, y que fue el inicio de Villa del Lago.
“Don Enrique Zárate desde allí comienza levantando su casa con techo de teja y son las primeras tejas que se usan en la zona. Son cuatro hectáreas sobre el lago que cuestan una fortuna, pero eso sí tiene un valor histórico”.
