El pasado jueves 9 de marzo, la Fundación Unidos por la Inclusión Social junto a otras instituciones y personas que se han convocado se presentó en el Hotel El Cid de Carlos Paz, el proyecto Albergo Etico para quienes quisieran conocerlo mejor teniendo como meta la concreción de una empresa igual en la ciudad.

“El objetivo de todo el Proyecto es la autonomía”, dice Mauro Dagna hablando directamente a los papás que llenan el salón del Hotel El Cid y lo miran con ojos brillantes. Dagna pertenece a la sociedad que soñó y llevó a la práctica el Albergo Etico en Asti, Italia donde aprenden y trabajan jóvenes con Síndrome de Down y ahora es promotor del proyecto.

“Les agradezco muchísimo a todos los papás que están aquí y quiero hablarles a ellos. El miedo de todos los papás es qué va a pasar con mi hijo cuando yo no esté más aquí. Entonces si mi hijo es más autónomo menos miedo tendrán y ese miedo hasta puede ser que desaparezca. Y en esa dirección vamos, en la dirección de desarrollar la autonomía a través de un proyecto como este. Y vamos allí a través de trabajo, de capacitación profesional  para aprender cómo se puede ser independiente. Y lo que aprenden son todas las cosas que se hacen en el día a día, las que uno hace en su propia casa, que es el lugar donde se empieza a ser autónomo”.

La idea, como cuenta Mauro, nació de un joven con Síndrome de Down, Nicolo, que estaba estudiando para chef y se presentó en un restaurante para hacer una pasantía. Allí el dueño, Antonio,  aceptó el desafío de enseñarle la profesión, fue mozo y luego comenzó a transitar el aprendizaje en la cocina. Al final de su pasantía, Antonio le ofreció un contrato para que se quede trabajando en el restaurante y, pasado un tiempo, el propio Nicolo le preguntó a Antonio si eso que había hecho con él no podía hacerlo con otros como él. Cuando en la pantalla se proyecta la foto de Nicolo con su uniforme, Mauro se emociona: “NIcolo es el creador de Albergo Etico, la fuerza de Nicolo es la fuerza de Albergo Etico”.

“Se nos presentó entonces la idea del hotel porque el restaurante no era suficiente porque sólo comprendía el salón y la cocina. El hotel es como la casa, Encontramos un hotel en Asti de 25 habitaciones y se abrieron al público 21 y cuatro se reservaron para que se queden los chicos que viven allí durante el período de su pasantía que pueden ser dos o tres días por semana, una semana al mes, un fin de semana. Todos  son mayores de 18 años así que se adapta a cada uno la permanencia. El curso puede ser de un año, dos años así que depende mucho de la respuesta del joven. Sin el apoyo total de las familias, por otra parte, hubiera sido imposible.”

“Muchos me preguntan si en tenemos psicólogos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales. Y no tenemos nada de eso. Se trata de un curso profesional entonces tenemos profesionales de lo que están enseñando: una mucama profesional que enseña el tratamiento de las habitaciones, un chef que enseña a cocinar. Y todos estos profesores hacen todo esto con un gran corazón, esto es fundamental,  porque ellos lo perciben y responden a ese corazón”.

Según cuenta Mauro, hasta ahora han pasado más de 60 chicos por las pasantías. Muchos de ellos han llegado a encontrar un trabajo y todos, absolutamente todos, aumentaron su autonomía. A través del curso de trabajo ellos se forman, aprenden a limpiar una habitación, cambiar las sábanas, los baños, aprenden a cocinar, a servir los platos, a recibir la gente. Aprenden cuatro trabajos dentro del hotel. La experiencia ha trascendido los muros de Italia, de Europa y es noticia en el mundo.

Dagna apuesta firmemente a que el proyecto puede prosperar de la misma manera en la ciudad: “Yo imagino que los jóvenes que se integren a este Proyecto, una vez que reciban su formación, pueden ser integrados fácilmente a la comunidad de Villa Carlos Paz, porque hay muchas fuentes de trabajo aquí. Y es una oportunidad maravillosa porque yo veo lo que pasa en el restaurante y en el hotel, la energía que ellos son capaces de crear: las cosas cambian, mudan. Cuando un cliente llega es como que deja fuera su problema, su percepción y entra en un mundo distinto y se siente bien y vuelve. Porque estos lugares están siempre llenos.”

Muchos me preguntan si en tenemos psicólogos, psicopedagogos, terapeutas ocupacionales. Y no tenemos nada de eso. Se trata de un curso profesional entonces tenemos profesionales de lo que están enseñando: una mucama profesional que enseña el tratamiento de las habitaciones, un chef que enseña a cocinar. Y todos estos profesores hacen todo esto con un gran corazón, esto es fundamental,  porque ellos lo perciben y responden a ese corazón.

La historia desde acá

Lucía Torres, mamá de Bruno, y mentora de este encuentro que ella también atribuye a un encuentro, a una sincronía entre personas que buscan lo mismo en el mundo, dice que Albergo Ético como proyecto es mucho más de lo que se puede contar, de las pocas palabras que se pueden poner en una charla de unas horas. Que el proyecto significa una “revolución de las ideas, de las percepciones, es algo increíble”.

“Cuando pude conocer, casi de casualidad, por Facebook a Mauro y que él, que en ese momento estaba en Chile viajando hacia Perú con su moto, me contactara con otra voluntaria que trabaja en Córdoba, y que ellos me enviaran el proyecto Albergo Etico a través de un mail quedé impactada.  Consulté primero con Rodrigo Serna para ver si esto era viable en Villa Carlos Paz, nos pareció que sí, que esta ciudad era el lugar indicado. Cuando se lo dijimos a Mauro que ya estaba en Perú, hacía diez días, decidió volverse, “voy a conocerte y a ver qué podemos hacer en Carlos Paz”, me dijo y así fue. Llegó el lunes aquí”.

Lucía comparte la felicidad que le da el poder vislumbrar este camino de trabajo que ya dan como un hecho: “Hoy estoy sorprendida por la cantidad de padres que han venido con sus hijos. No me imaginé ver hoy acá a tantos chicos adultos con Síndrome de Down. Para esos papás esto es algo inimaginable y yo los siento, siento el ruido de sus cabezas en este momento.”

“Nosotros ya los tenemos hecho, se han dado una cantidad de sincronías que nos han ido confirmando que esto es así. Han venido familias de Córdoba con sus hijos que escucharon, que leyeron en los diarios. El proyecto se va a replicar en Carlos Paz tal cual como funciona en Italia, es mucho más complejo de lo que se puede contar, es mucho el trabajo y no queremos que se pierda nada. Y pensemos que si en un año y medio de trabajo ya han pasado por allí sesenta chicos con Síndrome de Down haciendo sus pasantías, las posibilidades en esta ciudad que tiene esta cantidad de hoteles y restaurantes es impensada. Nosotros soñamos que para la próxima temporada ya esté funcionando.”

En Asti, el Albergo aumenta exponencialmente la cantidad de visitantes de mes en mes. La gente que llega de toda a Europa a visitarlos es cada vez más grande y llegan porque quieren vivir esa experiencia y luego transmiten que llegan de una forma y se van de otra porque todos los chicos con Síndrome de Down te transforman la energía, como dijo Mauro, interactuar con ellos es tener luego otra predisposición, otra forma de ver el mundo.

Video y Edición: Lara G Massa