El actor James Caan, recordado por sus memorables papeles en los filmes “El padrino”, “Rollerball” y “Aristócratas del crimen”, entre otros trabajos en cine y TV, falleció en Los Ángeles este miércoles a los 82 años, según publicó su familia en la cuenta oficial de Twitter del actor, aunque no se revelaron las causas de su deceso.

Antes de su consagración en “El Padrino” (1972), de Francis Ford Coppola, con la que obtuvo una nominación a los Oscar como actor secundario que no llegó a plasmarse, Caan tuvo participaciones en filmes de Billy Wilder (“Irma la dulce”, 1963), dos de Howard Hawks (“Línea roja 700” y “El Dorado”, en 1965 y 1966), “Perdida en la ciudad” (1971), de Herbert Ross, y “La muerte toca a la puerta” (1967), del entonces muy encomiado Curtis Harrington.

En la consagratoria “El Padrino” fue Sonny, primer hijo de don Vito Corleone, duro, valiente y mujeriego, con pretensiones de transformarse en líder familiar ya que a temprana edad vio cómo su padre asesinaba a un hombre y se deshacía de la pistola, hasta que el destino le torcía el camino soñado.

Nacido en Nueva York el 26 de marzo de 1940, Caan fue actor en escenarios de Broadway e incursionó en TV en la década de 1960 con las series “Los Intocables”, “El círculo de la noche” (del ciclo The Alfred Hitchcock Hour֪) “¡Combate!”, “Ben Casey”, “Dr. Kildare y “Ruta 66”, entre otras a las que aportó su naturalidad y apostura.

Su figura se hizo tan popular y carismática que le permitió acceder a otros destacados personajes protagónicos en comedias, dramas o aventuras en las que tuvo buen lucimiento como “Permiso de amor hasta medianoche” (1973), de Mark Rydell; en “El Padrino 2ª Parte” (1974) su personaje “desaparece” por decisión familiar y Sonny Corleone ni siquiera es nombrado en la tercera de la serie.

En “Funny Lady” (1974), de Ross, superó con holgura a su competidor Omar Shariff como pareja de Barbra Streisand; ese mismo año se lució en “El jugador”, de Karel Reisz, en tanto en “Rollerball” (1975), de Norman Jewison, fue un jugador estrella en aquel despiadado deporte del futuro, tras lo que formó parte de “Aristócratas del crimen” (1975), del especialista en violencia coreográfica Sam Peckinpah.

Dentro de la comedia fue uno de los intérpretes mudos de “La última locura de Mel Brooks” y formó un trío muy festejado en “La banda de la mala pata”, de Mark Rydell, junto a Elliott Gould y Michael Caine, hasta que el británico Richard Attenborough lo convocó para “Un puente demasiado lejos”, junto a un elenco multitudinario. Las tres películas datan de 1976.

Le tocó ser romántico en “Otro hombre, otra mujer” (1977), junto a Genevieve Bujold, con la que el francés Claude Lelouch intentó sacudir la memoria colectiva sobre un título suyo anterior, y combinó romance con aventura en “Llega un jinete” (1978), de Alan Pakula, donde tenía amores con Jane Fonda y rispideces con Jason Robards.

En 1979 fue llamado por Steven Spielberg para su desabrida “1941” y recayó en el romance, esta vez con Marsha Mason -en la vida real esposa del comediógrafo Neil Simon– en “Capítulo dos” (1980), de Robert Moore, y ese mismo año se dirigió a sí mismo en “Por justicia propia”, antes de proseguir con “Mi profesión: ladrón” (1981), de Michael Mann, y volver a las manos de Lelouch para la edulcorada “Los unos y los otros”, que quedará en la historia del cine por la intervención balletística del argentino Jorge Donn.

Con su mezcla de galán, pícaro, violento, el intérprete trabajó además para Robert Mulligan, en “Mi adorable fantasma” (1982)-, Coppola en “Jardines de piedra” (1987), Warren Beatty en “Dick Tracy” (1990), Rob Reiner en “Misery” (1990), Andrew Bergman en “Una novia de dos novios” (1993), el entonces promisorio Wes Anderson en “Buscando el crimen” (1996) y Bob Rafelson, en “Crimen perfecto” (1998).

Otras películas, en las que ya no era protagonista, fueron “Mickey Ojos Azules” (1999), junto a Hugh Grant, en “In the Shadows” (2001), con Matthew Modine en “Dogville” (2003, en Dinamarca), de Lars von Trier y con Nicole Kidman, y en  “Súper Agente 86” (2008), como Presidente de los Estados Unidos detrás de Steve Carell, quien intentaba emular al insuperable Don Adams.

En el terreno de la TV, Caan pasó por varias series durante los inicios de su carrera y luego revisitó el formato entre 2003 y 2007 con la exitosa “Las Vegas”, donde estaba a cargo del rol de Ed Deline, un exagente de la CIA encargado de la seguridad de un glamoroso casino, y en 2013 con “Magic City”, junto a Jeffrey Dean Morgan.

Al momento de su fallecimiento, se encontraba trabajando en las etapas de producción de varios proyectos cinematográficos como el thriller “Fast Charlie”, de Philip Noyce; “Redemption”, de Tom Burruss; y “Acre Beyond the Rye”, de André Gordon.