Algas, plantas, cianobacterias, ramas secas, basura y todo tipo de elementos arrastrados por las crecientes son parte de las recolecciones que se realizan en diversos puntos del San Roque ante la situación extrema del embalse.

Desde el municipio difundieron diversas fotos donde muestra los trabajos que se realizaron de manera manual, con barcas y con camiones desagotadores.

La metodología de trabajo consiste en cercar los desperdicios con redes contenedores y después ir limpiando con diversas metodologías todo lo que queda atrapado en esas mallas de contención.

La limpieza intenta evitar o contener una nueva explosión de cianobacterias como la que afectó al lago en 2017 y que tuvo brotes preocupantes hace dos meses.