Los restos de Máximo Jeréz, el niño de 11 años que fue asesinado de un balazo por un hombre que disparó contra un grupo de personas en la puerta de un kiosco de la ciudad de Rosario, fueron velados en un club barrial y serán inhumados en el transcurso de este lunes, mientras que los otros tres chicos heridos en el mismo episodio -de 2, 13 y 14 años- continuaban internados “con buena evolución”, aunque uno de ellos aún está en terapia intensiva, informaron fuentes médicas.

La directora del Hospital de Niños Zona Norte de Rosario, Mónica Jurado, informó en declaraciones televisivas que los tres chicos que siguen internado ingresaron en el mismo momento que Jerez, con “heridas de arma de fuego con distintas lesiones” aunque con “buena evolución”.

“Dos niños están en sala de internación conjunta, con sus familiares, evolucionando. La niña de dos años tiene una lesión y una fractura del humero proximal. El de catorce está con una lesión en la boca, en el labio superior, que lesionó partes blandas, pero que no provocó lesión ósea”, agregó Jurado.

Sobre el chico de 13 años, la directora médica dijo que “está en la sala de cuidados intensivos, en estado reservado, pero con buena evolución, sin asistencia respiratoria, con una lesión hepática y de neumotórax, por lo que tiene un tubo para drenar esa lesión”.

En este sentido, puntualizó que el adolescente “permanece con la bala alojada en la zona paravertebral sin lesión ósea de la médula espinal”. Fue un milagro”.

Jurado explicó que el chico de 14 años recuerda que “escupió la bala, por lo que probablemente el proyectil haya tocado alguna otra superficie y por eso no hizo tanto daño”.

En tanto, sobre Jerez, la directora médica dijo que el niño “llegó sin vida” al hospital. “Son los primeros niños que recibimos este año con heridos de arma de fuego.  En el hospital de Zona Sur recibieron dos”, agregó.

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