Cinco sobrinos de María Kodama, albacea y viuda del escritor Jorge Luis Borges fallecida hace nueve días, presuntamente sin dejar testamento que ordene el destino de ese invaluable legado literario ni de la herencia de bienes en general, desde manuscritos a departamentos, se presentaron ante la Justicia a fin de ser reconocidos como “únicos herederos”.

La brevísima incógnita respecto de en manos de quién quedaría la representación del legado borgiano, luego de que Kodama falleciera el 26 de marzo último, pareciera encontrar respuesta en la presentación judicial realizada por cinco sobrinos de la traductora, docente y escritora que compartió la vida con el autor de “Ficciones”, reconocida por haber puesto en valor como nadie la obra de Borges y por haber demandado como nadie a quienes quisieran hacer uso de esa obra sin su permiso, quienes reclamaron ser reconocidos como herederos de todos sus bienes.

Mariana del Socorro, Martín Nicolás, Matías, María Belén y María Victoria Kodama, representados por esta última en su carácter de abogada, hicieron la presentación que recayó sobre el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 33, a cargo del juez Horacio Alejandro Liberti.

El expediente de los herederos

“Nos presentamos en nuestro carácter de sobrinos de la causante”, María Kodama, “conforme acreditaremos oportunamente con la partida solicitada on line”, dice el expediente 21587/2023, donde los demandantes piden modificar la carátula de sucesión vacante, presentada por Fernando Soto en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 94, quien fuera el abogado de Kodama hasta su muerte.

Esto causó impacto porque fue dado a conocer a menos de 24 horas de que Fernando Soto, quien fue el abogado de Kodama por décadas, hasta su muerte, convocara a una conferencia en su estudio porteño para dar a conocer la noticia de una presentación judicial que acababa de realizar como “acreedor” para que se determinara “la eventual existencia de herederos” y se iniciara una “sucesión por herencia vacante” en caso de que no aparecieran en el plazo de 10 años determinado por la justicia, lo cual significaría para el demandante, es decir Soto, un reconocimiento del 10 por ciento de esa herencia.

En ese escrito, Soto solicitaba además que se tomaran “medidas conservatorias urgentes” sobre un legado invaluable a nivel cultural y presumiblemente millonario en cuanto a su administración financiera, que incluye desde manuscritos y objetos personales de Borges, pasando por la fundación que lleva su nombre y derechos de autor, hasta departamentos particulares.

Todo esto quedaría sin efecto a partir del escrito donde los sobrinos Kodama aseguran “haber tomado conocimiento” mediante la “difusión masiva” en “medios de comunicación y redes sociales” de que “se había iniciado la sucesión de nuestra tía” como “vacante” y piden que “atento el vínculo invocado y acreditado con las partidas adjuntas” se los reconozca como herederos legales.