El hecho ocurrió este domingo en Mendoza, faltando quince minutos para el final del partido que Huracán de Las Heras le ganaba 3-1 a Ferro de General Pico, La Pampa. Las corridas y disparos comenzaron en las tribunas y se trasladaron al campo de juego donde el futbolísta de Carlos Paz, Agustín Díaz, vestía la casaca visitante.

Una de las balas alcanzó a Mauricio Romero, entrenador del conjunto pampeano, quien afortunadamente está fuera de peligro. “Fue un milagro que no nos haya pegado una bala a alguno de nosotros. A Mauricio (Romero), por cinco centímetros, le pegó en el hombro y no en el pecho”, comentó a Carlos Paz Vivo! el jugador carlospacense.

“No puedo describir y hacer tomar dimensión a los demás de lo que pasó en el lugar. Sentíamos que no era real, que el sonido de las balas en el techo del banco de suplentes o cerca de nuestra cara eran mentira, pero no. Fue una total locura”, reconoció el “Tín”.

“Vivir lo que vivimos ayer, creo que no tiene ninguna explicación. Todo lo que podamos agregar está fuera de contexto. Lo que digamos no alcanzará para reparar el daño que se le ha hecho a Huracán porque es una cosa que supera lo normal. Después de esto, no quedan ganas de seguir”, señaló Rafael Giardini, presidente del club mendocino.