Ulises Badio es kinesiólogo y fisioterapeuta, y desde hace algunos meses forma parte del equipo médico del ex N°1 del mundo en tenis, el serbio Novak Djokovic, quien no compite desde julio por una lesión en el codo derecho. El licenciado vivió 14 años en Carlos Paz, incluso durante su formación como profesional, y actualmente ocupa un puesto de privilegio en el mundo del tenis.

Djokovic no compite desde que se retiró en los cuartos de final de Wimbledon por lesión, tras lo cual decidió tomarse el tiempo necesario para una correcta recuperación. Así es que a los pocos días anunció su alejamiento del circuito hasta 2018.

El proceso de rehabilitación que comenzó “Nole” lo realiza junto a un equipo médico que lo asiste permanentemente, entre los que se encuentra el kinesiólogo santafesino Ulises Badio, quien vivió en nuestra ciudad desde los 8 años hasta los 22, atravesando parte de su infancia, su adolescencia y la formación académica.

Badio se crió en una familia trabajadora, con una madre (Isabel) ama de casa, un padre (Enrique) de origen italiano (turinés) y obrero de la construcción, y una hermana mayor (Lorena). Todos vivían en barrio Playas de Oro, a pocas cuadras del balneario. Aplicado, a Ulises nunca le quedaban materias pendientes para el verano y lo aprovechaba de diciembre a marzo, señala el artículo publicado por La Nación.

“Cuando era chiquito le decía a mi madre que un día me iría para conocer el mundo entero. y ella me respondía «Ulises, vos siempre soñando…». Mi padre, que volvía del trabajo con muchos dolores de columna, me decía «hijo, te doy dos opciones para el futuro: o estudiás o estudiás». Y así fue”, contó el licenciado formado en kinesiología y fisioterapia en la Universidad Nacional de Córdoba, y especialista en medicina tradicional china y acupuntura.

En busca de su sueño y siendo un veinteañero, juntó dinero como pudo (llegó a vender su querida bicicleta), viajó a Nuevo México y se educó en un centro quiropráctico. Luego de un año en Estados Unidos, su destino fue Valencia; se desempeñó como mozo en un bar durante algunos meses hasta que le homologaron su título en España y pudo trabajar de lo suyo en clínicas deportivas. Después de seis años su vida profesional cambió definitivamente en Italia: conoció a Giovanni Di Giacomo, un prestigioso especialista en lesiones de hombro y director del servicio médico del Abierto de Roma. Badio se perfeccionó en trastornos de hombro, codo y mano. Asistió a jugadoras de la WTA, hasta que en 2013 se incorporó al torneo que se desarrolla en el Foro Itálico y entró en un mundo que terminó siendo ése que soñaba mientras estudiaba en las noches cordobesas, con Horacio Guarany de fondo musical.

Al lado de un número uno

Badio se vinculó con Djokovic durante esta temporada cuando el tenista lo vio trabajar y le preguntó si podía asistirlo. Así fue que tras una etapa informal en la cual Ulises asistió a Nole en el Masters de Roma en mayo, el por entonces número 2 del mundo le pidió formalizar a partir del torneo de Roland Garros. A partir de entonces la relación con su paciente fue full time.

La lesión que afectó a Djokovic en Wimbledon requirió de toda la atención de Badio para lograr la mejor recuperación. “Nole tuvo una lesión importante y estamos controlándola. El tiempo era fundamental para que se sintiera mejor. La decisión que ha tomado, de no jugar más por 2017, fue la mejor para formar un protocolo de trabajo y no equivocarnos en el tratamiento. Está con muchas ganas, no ve la hora de volver”, relató el argentino.

“Después del trabajo nos divertimos mucho. Me dice «Uli, métete un poco de reggaeton». La música latina lo pone de muy buen humor”, contó sobre su relación con Nole, con quien pasa largas horas del día en las cuales, por ejemplo, realizan cuatro sesiones de stretching (estiramiento).

¿Cómo se comunica con Nole? “En italiano. Un poquito también en español, porque Novak lo entiende bien”.

¿Cómo es la vida nómada? “Vivo entre Italia, Serbia y Montecarlo [donde reside Djokovic]. Soy soltero y eso me permite estar a su disposición las 24 horas. Me dice «nos vamos a París»; vamos. «Vamos a Shanghai»; vamos. Ése es mi trabajo. Cuando estaba en el torneo de Roma, no me conformaba. Veía a los grandes tenistas y quería estar con ellos full time. Hoy se cumplió mi anhelo. Y, como si fuera poco, que Agassi sea parte del equipo en el que estoy es maravilloso. Yo había leído su biografía y me había emocionado su estilo. Ahora lo conocí y me parece una persona encantadora, sabia y hasta un poco tímida”.

Los conocimientos de medicina y nutrición china acercaron aún más a Badio y Djokovic. Lo ayudaron a entender más su situación, ya que Nole es vegetariano y tiene una fuerte vida espiritual. El fisioterapeuta es un pilar en el trabajo diario del serbio: lo ayuda con los ejercicios de recuperación y de prevención de lesiones, pero también en la planificación de sus comidas y en la elaboración de sus batidos vitamínicos. Inclusive, junto al preparador físico Marco Panichi, hasta se preocupa de que el agua que tenga el tenista para beber sea natural, pues fría no le gusta.