Gabi Martini es multifacética. Por un lado, licenciada en Psicología; por el otro, se entremezclan la música y la actuación y, desde hace unos meses, cultora amateur del arte de plantar verduras y frutas en el patio de la casa en la que vive en Mendiolaza.

Y de la experiencia (¿traumática?) de la pandemia y la cuarentena surgieron dos cosas: la necesidad de cultivar y cosechar sus propias verduras para consumir y, luego de esa experiencia, volcar todo ese caudal a una serie que se muestra por Youtube donde se pone en juego la capacidad actoral e histriónica de Gabi.

Rosa, una tana que sabe de lo que habla cuando cuenta cómo plantar las semillas y cosechar la verdura, cuenta en un italiano muy entendible cómo es “vivire del orto”.
“Me gustan las plantas y, cuando estoy medio mal, meto mano en el jardín y en el huerto”, asegura Gabi que agrega: “Cuando se decretó la cuarentena me decidí a venir a vivir a Mendiolaza con mi novio. La huerta empezó como un hobbie. Y después empezó como un tano de posguerra y eso fuera de toda broma porque creo que sí se viene una recesión”.

-¿Cómo surgió la idea del huerto y de los videos?

-Estoy en un lugar donde tengo tierra y no es el común denominador de la gente, se me puso como algo imperativo. Teníamos semillas y organizamos el lugar para hacer el lugar concreto y diversificar. Nos dijimos: vamos a plantar comida, toda la que podamos y si sobra, se regala o se intercambia. En el medio de eso, hay tiempos. Se sale de la angustia y la incertidumbre en el huerto.

-Y todo surge a partir de la incertidumbre de la pandemia y de la cuarentena…

– A veces me hago de la ilusión que sabiendo algo se puede tener dominio de la situación. Es la ilusión del saber. En esto no se sabe casi nada: se sabe algo y después se da marcha atrás. Hay circulación comunitaria o no, viene el pico o no, tengo que ir a ver a mi vieja o no, cómo la cuido más. En medio de todo esto, al decidirnos a hacer una huerta, yo me iba a diciendo “qué situación del orto”. Y salió ahí nomás la lengua más o menos familiar que es el italiano. “Estoy del orto, cómo voy a hacer para vivir”, todas esas aseveraciones giraban en mí. “Qué voy a hacer con la pandemia del orto, la situación del orto”. En un momento, diciéndome que se puede vivir del orto, hay una cosa mía que a veces tiene que ver con un proceso creativo. Está el momento del orto y después está la búsqueda de dos o tres palabras más y después empezás a reírte un poco.

Psicología, música y actuación

En Gabi Martini conviven la licenciada en Psicología y la artista. Ella atiende en su consultorio y, además, compone canciones y crea personajes en los que se busca el lado cómico de la existencia humana en el que, ya se sabe, no todo es alegre y feliz.

“Venía con un proyecto de Gabita y sus canciones, con un personaje más o menos irónico, una figura más o menos infantiloide, que dice algunas cosas”, cuenta y agrega: “Lo había presentado un par de veces en el negocio de mis amigos y eso ahora todo eso se canceló por la pandemia”.

“Venía con ese proyecto y cuando se decreta la cuarentena, no hay bares ni espectáculos, algunos amigos en plan de acompañarme me decía que hiciera vivos de Instagram. Y era momento de otra cosa para mí. Era otro el momento y a mí me pasaban otras cosas, más allá de que las canciones están”, dice.

Con la ayuda de su Luchi Dammotti, que es productor de contenidos, comenzó a grabar la serie “Vivire del orto”.

-¿Cómo surge Rosa, la tana del huerto?

-Viene a propósito de un discurso familiar, que está en italiano, que está en el estudio del idioma dentro de mi familia. Una de mis hermanas, Carolina, me ayudó. Escribí un guión en un italiano castellanizado o de lo que escuchaba de mis hermanos y mamá que han estudiado el idioma. Y cuando le conté, se lo mandé y le pedí por favor que pueda entender que sea una traducción que propicie el juego de palabras. Sobretodo, que sea lo suficientemente polisémica y confusa. Desde que salió “Vivere del orto”, he recibido devoluciones lindas. Un par me piden que lo subtitule. Y la idea es que no sea así. Tiene que ser confuso, no es que me parezca, pero no puedo medir qué resuena en cada uno y la única expectativa que tengo es que algo resuene.

Estos días felices

“Los miércoles son días de felicidad”, dice Gabi que se entretiene entre el ciudado del huerto, la atención de pacientes y su vida de actriz y música. “Es el día que sale la serie y eso es importante para mí porque estuve bastante del orto”, dice entre risas.

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