La inseguridad volvió a golpear el corazón de Villa Carlos Paz. En la madrugada de este martes, delincuentes ingresaron a un local de cobros Pago Fácil ubicado en San Lorenzo, casi esquina Sargento Cabral, y se llevaron alrededor de 40 mil pesos en efectivo.
El propietario del comercio, Carlos Guffa, compartió su testimonio con evidente indignación y preocupación: “Tengo alarma, reja… y rompieron todo”, contó.
El hecho ocurrió alrededor de las 4:25 de la mañana de esta martes. Guffa explicó que su sistema de seguridad, exigido por la firma Pago Fácil, cuenta con alarma y rejas reforzadas. “A las 4.25 suena la primera alarma y a las 4.26 la segunda. La policía avisó y, si bien llegaron rápido, cuando llegó el patrullero ya no había nadie”, detalló.
Según relató, los delincuentes forzaron la reja, rompieron el vidrio de la puerta y lograron acceder al interior del local. Si bien no pudieron abrir la caja fuerte principal —que, según Guffa, es “inviolable”—, abrieron una caja chica y se llevaron $40.000, dejando incluso algunos de menor denominación esparcidos por el lugar.
“Fue una operación directa. Sabían lo que venían a buscar. Entraron con una barreta, dejaron huellas en la caja fuerte”, denunció el comerciante.
Lo que más preocupa al propietario y a los vecinos de la zona es que no se trata de un caso aislado. “Hace un mes entraron a la pollería de enfrente, la semana pasada a una tienda de ropa y a la distribuidora de fiambres. El barrio está complicado”, advirtió Guffa.
También señaló la presencia de cámaras privadas en la zona, aunque señaló la falta de domos del centro de control: “No hay un domo en la esquina, y estamos a metros del Banco Nación y de la arteria principal. Tenemos al PAMI en la esquina y una plaza en frente. Es una zona de muchísimo movimiento durante el día, pero a la noche queda desprotegida”, indicó.
Carlos también remarcó un detalle llamativo: “Estos tipos andaban caminando con una barreta de un metro en la mano. Se vieron en las cámaras de seguridad de la escribanía que está a la vuelta. No es algo que cualquiera lleva por la calle. Eso es lo extraño y lo preocupante”.
Aunque su sistema de alarma funcionó correctamente, lamentó no haber contado con cámaras internas activas, ya que recientemente se le había quemado la central de monitoreo.
“La policía empezó a controlar gente, pero yo no tenía cómo constatar si eran los mismos que entraron al Pago Fácil. Uno se resguarda como puede, pero muchas veces no alcanza”, concluyó Guffa.
Este nuevo hecho de inseguridad se suma a una seguidilla de robos ocurridos especialmente en esta zona de la ciudad, ubicada muy cerca del centro donde, a pesar del tránsito permanente en horas del día, los comerciantes del lugar aseguran que las calles que quedan vulnerables durante la madrugada.








