Es muy díficil de abarcar en una descripción lo que significa Diego Armando Maradona para el mundo del fútbol. O quizás es más simple de lo que pensamos y somos nosotros los que le damos muchas vueltas al asunto, con comparaciones odiosas y rondas de chismes sobre lo privado.

El Diego volvió al Parque Independencia para medirse, con su Gimnasia de La Plata, ante Newell´s y el recibimiento rosarino estuvo a la altura de lo esperado. Sin embargo, el detalle principal de la tarde fue, quizás, más significativo que la goleada 4-0 que El Lobo se llevó a casa.

La dirigencia de La Lepra preparó un sillón especial para que Diego vea el partido y, anterior a eso, le obsequiaron una camiseta con el nombre de La Tota y el número 10.

También hubo dos abrazos muy emotivos: uno con Maxi Rodríguez, capitán del actual equipo de Newell’s que lució una cinta con la imagen del Diez y otro con Ricardo Giusti, que fue campeón del Mundo en el ’86 junto a Diego.