Por Orlando Andrada. Tras el impacto provocado por el fallecimiento del líder del gremio de la Sanidad (ATSA Córdoba), Ricardo Héctor López, a raíz de una profunda afección respiratoria, ajena al COVID-19, la Comisión Directiva de la entidad resolvió la cobertura de tales funciones, conforme a las normas estatutarias, hasta tanto el Ministerio de Trabajo autorice las elecciones de renovación de autoridades que este año debieron ser suspendidas por la pandemia.

En su reemplazo se aprobó la designación, como nuevo Secretario General, del vocal titular Ricardo López (h) y de Alberto Guillermo Avin, también vocal titular, como Secretario Adjunto, para cubrir la vacante producida tiempo atrás por la desaparición de Rodolfo Beas.

El resto de la conducción gremial permanecerá sin cambios.

De esta manera, el gremio de los trabajadores de la salud estatal y privada de la provincia encara ahora el desafío de seguir adelante con las acciones ejecutadas y proyectadas por el histórico dirigente que, a lo largo de 36 años, trabajó activamente para la recuperación de los bienes patrimoniales del gremio, enajenados en la última dictadura militar, en la remodelación y construcción de nuevos edificios para la sede sindical, la Escuela de Enfermería Cruz del Sacrificio y la Obra Social (0SPSA).

López, con profunda vocación y convicción, militó en la lucha sindical por más de 50 años. Además de haber conducido los destinos del sindicato durante 36 años, también se desempeñó como secretario de Turismo de la federación sindical nacional (FATSA), fue dirigente de la CGT Regional Córdoba y ocupó en dos oportunidades una banca en la Legislatura provincial por el justicialismo.

Sus primeros pasos en la Sanidad fueron en 1969 cuando incursionó en la escuela de enfermería Cruz del Sacrificio, que todavía no contaba con reconocimiento oficial, donde se dictaban los cursos de formación en enfermería.

Su vocación por esta actividad surgió a partir de que toda su familia siempre estuvo ligada a la salud. Su madre fue enfermera y su padre cumplió distintas funciones en este ámbito.
López tuvo su primer trabajo en el ámbito de la salud en el Hospital Italiano, donde fue delegado gremial durante cuatro años (1972/76) hasta que, tras el golpe, los militares barrieron con los sindicatos y ATSA fue uno de los que más sufrió las consecuencias.
Muchos trabajadores en esa época desaparecieron, cayeron presos miembros de la conducción y numerosos delegados gremiales, entre los que estuvo López, quien permaneció algunos días detenido en el Batallón 141.

Si bien el sindicato no estuvo intervenido, permaneció en la inactividad casi absoluta. Mientras López trabajaba en el Hospital de Niños, en marzo de 1982, fue encomendado por la Federación (FATSA) para que trabajara en el Sindicato en procura de reflotarlo y normalizarlo, después de haber estado acéfalo.

Tras las elecciones se constituyó la nueva conducción de ATSA, encabezada por José Reale como secretario general, y Ricardo López como secretario adjunto. Un año y medio después, Reale renunció a su cargo y López fue ungido secretario general en 1985. Desde el gremio se destacó que López “entregó su vida y pasión a luchar por la dignidad del trabajador y el respeto pleno del convenio colectivo en lo que respecta a salarios y condiciones dignas de trabajo”.

“Así, desde el advenimiento de la democracia y la recuperación de nuestro gremio, y hasta estos días, López trabajó incansablemente en la actividad sindical y en la prestación de múltiples servicios para el afiliado y su grupo familiar que antes eran inexistentes. Entre esas acciones se destacan, primero la recuperación de los bienes patrimoniales del gremio y después la renovación y ampliación de la sede sindical y la de nuestra escuela de enfermería Cruz del Sacrificio, como así también la construcción de un moderno edificio para la Obra Social”, señaló la entidad.

Y más recientemente concretó uno de sus mayores anhelos: la adquisición de un hotel propio para todos los afiliados de la Sanidad en la localidad de Villa Giardino.