“En cierta manera es inimaginable, pero tuve que presentar la solicitud de suspensión de pagos ante el Tribunal Administrativo. Estamos acabados“, confirmó el gerente Armin Lobscheid, en declaraciones al diario local Express.

En el Pascha trabajaban 120 prostitutas, se quedó sin reservas para afrontar los gastos del edificio de diez plantas y pagar a sus 60 empleados entre operarios, cocineros, peluqueros, electricistas, masajistas, personal de limpieza y de seguridad.

Lobscheid criticó a las autoridades por la falta de claridad respecto a una posible reactivación de la actividad.

“Quizás podríamos haber evitado la insolvencia con ayuda de los bancos si nos hubieran confirmado que a principios del año que viene podemos retomar la actividad”, dijo en declaraciones que reprodujo la agenciEFE.

Advirtió, asimismo, que “todos en el sector saben que el negocio del sexo sigue activo, pero de una manera que nadie realmente celebrará; es decir, en el anonimato y sin contribuir a Hacienda”.

Fuente: Cadena 3.