La legisladora Liliana Montero presentó un proyecto de ley con el acompañamiento del legislador Daniel Passerini que apunta a “humanizar las unidades de cuidados intensivos en la provincia de Córdoba”.

La iniciativa prevé estipular derechos a pacientes y familiares, durante y posterior a la internación y establece deberes para los establecimientos asistenciales que buscan tanto el bienestar del paciente, del grupo familiar como de los mismos profesionales de la salud.

Entre los derechos citados se encuentran disposiciones generales que ya están en vigencia pero son muy generales.  

Entre los ítems del proyecto se destacan:

Los Pacientes tienen derecho a:

-Ser tratados con respeto, de modo individual, personalizado y humanizado;

-Ser informados acerca del diagnóstico, pronóstico y tratamiento y sobre todas las intervenciones médicas que puedan tener lugar durante todo el proceso de internación en UTI (Unidad de Terapia Intensiva);

-Ser informados sobre la evolución de su salud y ser partícipe de las decisiones que involucren su cuerpo y su espíritu;

-Estar acompañados por familiares y amigos;

-Recibir estímulos externos y tratamiento de prevención y seguimiento de síndrome post cuidados intensivos;

-No ser sometidos a exámenes con propósito de investigación.

Los Familiares tienen derecho a:

-Recibir en ambientes amables y confortables, información al menos dos veces al día, acerca del estado de salud del familiar internado y dicha información será brindada por un profesional asignado especialmente y formado en habilidades de comunicación;

-Podrán acompañar al paciente durante toda la internación inclusive hasta el final de la vida;

-Suministrar al familiar los elementos externos que signifiquen una estimulación espiritual y anímica favorable;

-Decidir visitas del entorno amigos, compañeros de trabajo y toda persona que pueda causar un bienestar emocional en el paciente;

-Recibir instrucción sobre cuidados para poder participar y colaborar en el aseo del paciente.

Los Establecimientos asistenciales deben:

-Organizarse de una manera tal que permitan la visita y acompañamiento de los pacientes por parte de sus familiares y amigos;

-Contar con personal capacitado en formación bioética, encargados de la comunicación e información permanente hacia el paciente y sus familiares;

-Dotar de ambiente confortable para las comunicaciones con los familiares de pacientes;

-Permitir el ingreso de elementos que generen un bienestar emocional y espiritual del mismo;

-Individualizar al paciente con un letrero en la cabecera de su cama con nombre completo y una imagen en estado de sanidad y/o con familiares y amigos;

-Garantizar el ingreso de luz solar;

-Mejorar la tecnología del lugar;

-Implementar programas de prevención y tratamiento del síndrome de “Burnout” para los profesionales de las UTIS.

 

El caso que inspiro la iniciativa: el proyecto “Lina”

La propuesta surge a partir de la iniciativa de la Periodista Verónica Minardi, motivada a su vez en la experiencia que le tocó vivir cuando su mamá, Norma Lina Gandolfo de Minardi estuvo internada en terapia intensiva.

Lina transmitió a su hija su vivencia antes de fallecer, y ella tomó como legado la tarea de modificar esa realidad que sufren no solo los pacientes que se encuentran en las terapias intensivas, sino todo el entorno familiar e inclusive profesional. En este marco se sumó el doctor Pecas Soriano, especialista en Bioética, quien aportó muchos argumentos que justifican la necesidad de legislar sobre la humanización de los cuidados intensivos.

Como se lee en los fundamentos del proyecto, la cuestión de fondo es “revalorizar la autonomía de los pacientes e imaginar lo que queda de esa autonomía en una situación donde se encuentra: atado a una cama, lleno de tubos, de sonidos extraños, sin tener la noción clara de la luz solar, con una serie de informaciones que están colmadas de persuasión, manipulación y coerción”.