Un hombre de 31 años de origen estadounidense fue condenado a tres años de prisión efectiva por cometer los delitos de delitos de distribución y facilitación de imágenes pornográficas de menores de edad, contacto tecnológico con menores de edad con fines sexuales (grooming) y promoción a la corrupción de menores. Una de sus víctimas era una niña carlospacense.

Bryan David Poplin, estudiante de arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba, recibió la pena de la Justicia cordobesa tras admitir haber cometido los delitos en perjuicio de menores, pese a la cantidad de pruebas que había en su contra.

Desde un perfil denominado “argentinagringo”, el sujeto nacido en los Estados Unidos estableció contacto a través de la red social Instagram con dos adolescentes de trece años, a las que enviaba mensajes para generar un vínculo que le permitiera atentar contra su integridad sexual.

Una vez generado los primeros contactos virtuales y, tras haberse ganado la confianza de las víctimas, Poplin les solicitaba que le enviaran fotografías y videos de sus cuerpos desnudos.

Una de las víctimas es una niña de Carlos Paz, quien cedió ante el acoso de Poplin y le brindó su número de teléfono para continuar así el contacto por Whatsapp. La menor, finalmente, le envió varias imágenes de contenido sexual. El condenado actuó de manera similar con una niña del interior provincial.

Según la requisitoria fiscal, la conducta del acusado tuvo la aptitud suficiente para menoscabar la integridad sexual y para torcer el normal desarrollo de la sexualidad de la primera de esas víctimas, al considerar estos actos como prematuros para la edad de la menor y excesivos porque se mantuvo el contacto durante un período de tiempo prolongado.

Durante el juicio abreviado inicial celebrado por el juez Esteban Díaz Reyna, el acusado confesó haber cometido esos hechos y también admitió que había compartido con otros usuarios de la red imágenes predominantemente sexuales de una niña menor de 18 años.