Una escena insólita recorrió este jueves las redes: en una sala del Congreso de la Nación, durante un encuentro de más de seis horas organizado por la diputada chaqueña Marilú Quiroz (Juntos por el Cambio), un expositor se quitó la remera para “demostrar” que objetos metálicos se le adhieren al cuerpo por un supuesto efecto de “magnetización” generado por las vacunas contra el Covid.
“Esto no es grasa en la piel, señoras y señores, nosotros le llamamos magnetización”, expresó ante el micrófono, mientras la presentadora —la biotecnóloga del Conicet Lorena Diblasi— conducía la escena con tono de suspenso y fascinación. La puesta, que mezcló misterio, sorpresa y apelaciones a lo extraordinario, recordó más a un show de ilusionismo que a una jornada científica.
La viralización del episodio generó críticas inmediatas por la falta de rigor y por la utilización del Congreso como escenario para difundir afirmaciones sin sustento.
Quiroz negó un sesgo antivacunas, pero defendió “el debate”
En paralelo, la diputada Quiroz intentó despegarse del contenido del encuentro. En entrevistas con distintos medios, afirmó que no se considera antivacunas y que el evento tampoco buscó serlo, sino “abrir el debate” sobre la vacunación y sus efectos.
En diálogo con la periodista María O’Donnell, insistió en que “cada uno debe opinar libremente” sobre si las vacunas son convenientes o no. El argumento, apoyado en una idea amplia de libertad individual, abrió otra discusión: ¿se amplía el ejercicio de la libertad cuando se permite cuestionar livianamente evidencia científica básica? ¿O se debilita el marco común que sostiene las decisiones de salud pública?
Mientras tanto, en otra sala del Congreso… el verdadero problema
Lejos del espectáculo que ocupó titulares y redes, otro encuentro transcurrió casi en simultáneo dentro del propio Congreso. Lo organizaban las comisiones de Ciencia y Salud, encabezadas por Daniel Gollán y Pablo Yedlin. Esta vez, el motivo sí respondía a una preocupación concreta y urgente: la caída histórica de las coberturas de vacunación en Argentina.
Daniela Hozbor, investigadora principal del Conicet, docente de la Universidad Nacional de La Plata y referente en vacunología, participó de esa reunión. Para ella, el acto impulsado por Quiroz representó “una comunicación irresponsable”, especialmente en un contexto en el que el país enfrenta retrocesos graves.
Las cifras oficiales confirman que menos de la mitad de los niños de cinco años recibió los refuerzos obligatorios antes de ingresar a primaria. Es la peor cobertura en décadas.
“Las enfermedades que estaban controladas vuelven a aparecer”, remarcó Hozbor. Los ejemplos son concretos: sarampión y tos convulsa, patologías prevenibles, otra vez en circulación. En 2024, ya se registraron siete muertes por tos convulsa, una enfermedad que se evita con vacunación.
Con información de Clarín
Foto: Reuters.





