Luego de tres años de noviazgo a distancia, un joven tomó en plena pandemia la decisión de romper la barrera geográfica, aunque tuviera que atravesar ríos, montañas, salares y decenas de puestos fronterizos para lograrlo. Y todo eso en bicicleta.

En noviembre de 2020, Carlos Trujeque Navarrete (27) partió desde Puerto Vallarta, México y pedaleó más de 12 mil kilómetros para reecontrarse con su novia marplatense.

En el camino tuvo que realizarse infinidad de hisopados y pinchó las ruedas de su vehículo incontables veces.

Acompañado por un grupo de ciclistas locales que lo esperaba en el ingreso a la ciudad, completó la travesía en La Rambla, con los tradicionales lobos marinos de José Fioravanti como bandera a cuadros.

La travesía incluyó peleas en colombia con hinchas de Atlético de Medellín que creyeron que era hincha de Nacional, robos en el camino y noches en casas de desconocidos.

“El plan original era cubrir el trayecto en cinco meses”, recordó, pero los cierres de fronteras por la pandemia, las dificultades de un recorrido lleno de desniveles y cambios de clima, y la falta de dinero estiraron el plazo a más del doble de tiempo.

“Ahora mismo estoy como flotando, muy cansado, pero es como si todavía mi cuerpo no lo registrara del todo por la emoción”, dijo a Télam apenas entró a Mar del Plata.

“En cada pueblo, desde las montañas de Ecuador o Jujuy, la selva de Guatemala, hasta en las costas de Perú, mucha gente me ayudó y me alentó. Siempre me ofrecieron un plato de comida o un lugar donde pasar la noche, y así pude avanzar kilómetro a kilómetro hasta llegar”, relató.

Agradeció la ayuda de todos y ahora espera “dejar de pedalear” y quedarse en el país por al menos un año.