El nombre de Noe Gaillardou es reconocido más allá de las fronteras de nuestro país y sin embargo, la artista del diseño fundamenta toda su fuerza creativa en el ambiente que la rodea, en San Antonio de Arredondo, el lugar que eligió para quedarse para siempre.

Ella se considera diseñadora gráfica, y salió de la primera promoción que tuvo ese título en Buenos Aires. Pero su actividad la llevó a experimentar el arte en distintas facetas y su relación con la música es directa. Desde hace décadas es una de las artistas de tapa más buscadas en el país por músicos de distintos géneros, desde el folklore, el jazz, el tango y el rock.

“Soy diseñadora gráfica y me recibí en los ’90. Soy de la primera promoción en la carrera ya que en Buenos Aires no había título y mis docentes fueron arquitectos, fotógrafos, y yo diseñaba con témpera, con rotring. Y creo que esa cuestión plástica hizo que mi diseño tenga un matiz con la ilustración, algo un poco más blando”, expresa Noe.

Asegura que esa incursión en el arte hace más humano el diseño. “El diseño puede llegar a ser muy correcto pero no transmite nada”, dice.

El estilo propio

“Por suerte conseguí un estilo propio. Es medio de casualidad, todos los artistas buscan su propio lenguaje. Yo no tuve un proceso de búsqueda y me fue saliendo. Me di cuenta que me quedaba muy cómoda una manera, y quedó marcado un estilo bastante personal”, asevera.

“Me gusta elaborar mucho el tema de la síntesis y eso es lo que es diseño”, indica y agrega que busca a través de la ilustración mostrar algo que no está tan visible.

“Mi viejo estudió periodismo y se dedicó a ser empresario de la industria metalúrgica. Y mi mi abuelo está en Wikipedia como el Indio Apachaca (José Adolfo Gaillardou). Escribió varias letras de zambas, libros de poesía zarpada”, cuenta Noe Gallardou.

Primer tapa

“Estaba trabajando en Qué Sulki, un espacio cultural de Icho Cruz, y hacía las gráficas de la programación y una noche tocó Silvia Lallana. Cuando terminó de tocar, José,  el dueño, me la presentó y me dijo que quería hacer su nuevo disco y quería que vos le hicieras la tapa”, relata Noe. “Estuve como dos meses armándola porque era el primero que hacía de manera profesiona. Y estoy muy agradecida con ella porque cada nota que daba me nombraba y eso me ayudó mucho. Es una persona muy humilde, muy humana”.

Desde ese momento no pararon de llamarla. “Yo soy super melómana y escucho de todo. El folklore no es el que más escucho. Tuve etapas de jazz, de heavy metal, pero soy más de los 90”, dice.

“Y ahora estoy laburando mucho con con cosas de tango y de jazz”, asegura y apunta que se genera una incercia entre los mismos músicos que comienzan a llamarlo.

Noe Gaillardou trabaja mucho para el exterior. Por ejemplo,  hace años trabajó para Adrián Ruggiero, que está ahora en un proyecto que se llama Tangology y que es una fusión entre el tango y jazz.

También trabaja para la Pan Am Symphony Orchesta de Washington desde hace 10 años. Y en 2023 hizo un trabajo para Emilio Solla, un multipremiado músico argentino que vive en Nueva York.

Muestra de imágenes

“Lo que produzco para mí tiene que ver con algo que pasa en el mundo o en el círculo más cercano que a mí me conmueve y mi manera de hablar es a través del diseño. Son como recreos que me tomo para salir de la agenda laboral y expresarme. Es material que subo a las redes y que en algunos casos se viralizaron un montón”, cuenta Noe Gaillardou.

“Mi hija me abrió un Instagram cuando vio que Green Peace de Japón había compartido una imagen mía”, expresa la artista.

“Después está el dibujo que hice con Santiago Maldonado y Julio López se convirtió en bandera. Hay fotos en las marchas con esa imagen. Y son cosas que subí a Facebook sin ninguna expectativa de nada”, asegura.