Cecilia Giménez, autora de la célebre restauración del Ecce Homo en una iglesia de Borja, al norte de España, falleció este lunes a los 94 años. La noticia fue confirmada por el alcalde de la localidad, Eduardo Arilla, quien la despidió como “una persona muy querida en el pueblo” y destacó su “bondad inmensa” y la fortaleza con la que afrontó el impacto mundial de su intervención artística.
La obra, ubicada en el Santuario de Misericordia de Borja, pasó durante décadas prácticamente inadvertida. Todo cambió en 2012, cuando la restauración realizada por Giménez —una aficionada sin formación profesional— alteró de manera significativa la imagen original de Cristo. La difusión del resultado en medios de comunicación y redes sociales generó una reacción inmediata y global.
La nueva versión del Ecce Homo se convirtió rápidamente en un fenómeno cultural: circuló como meme, inspiró disfraces, parodias y debates, y puso a Borja en el centro de la escena internacional. El pequeño municipio de unos 5 mil habitantes, en la región de Aragón, recibió desde entonces una afluencia constante de visitantes atraídos por la singular historia.
Aunque la intervención provocó críticas y burlas, también despertó una ola de apoyo hacia Cecilia Giménez, quien por entonces tenía más de 80 años. Con el paso del tiempo, el caso se transformó en una historia de resiliencia y reparación simbólica.
Gracias al dinero recaudado por la venta de entradas para visitar el Ecce Homo y por la comercialización de productos promocionales, se logró cubrir parte de los gastos de la residencia de ancianos donde vivía Giménez y colaborar con personas sin recursos para afrontar ese pago.
“Fue una mujer fuerte, con una vida dura, que supo soportar una presión enorme”, señaló el alcalde Arilla. Su historia, inesperada y singular, dejó una huella imborrable en la cultura popular y convirtió un error artístico en un fenómeno mundial.





