La violencia económica ocurre dentro del hogar y se debe a múltiples motivos como violencia de género, sabotaje laboral, denigración, explotación económica, control y manipulación. Estas actitudes propiciadas por sus parejas o padres implican un empobrecimiento que desencadena malestar, pérdida de derechos y más.

El objetivo de esta violencia es que las mujeres se vuelvan dependientes financieramente de otra persona para que, de esa forma, le cueste terminar con la relación. La agencia Antártica Press viajó a Kenia, España, Suiza, Austria, Sierra Leona, Alemania, Etiopía y Somalia para conocer las historias de decenas de mujeres que sufrieron la mutilación genital femenina y enfrentaron la violencia económica.

“La economía también está atravesada: a la hora de arreglar un matrimonio una niña virgen vale más que una que no lo es. Por esto, la familia del hombre pagará más dinero -dará una dote mayor- si la futura esposa está mutilada”, informó la agencia. Entonces, si bien el corte es una práctica ancestral sostenida por mujeres, como ellos señalan el primer ladrillo de la pared es el deseo de los hombres.

La violencia económica busca intencionalmente controlar o limitar a las mujeres al acceso de recursos financieros, ya sean propios o familiares. Es una práctica que puede durar en el tiempo y que, incluso, se extiende más allá del divorcio. En España, el Ministerio de Igualdad, considera que se trata de un tipo de violencia machista “especialmente cruel” porque puede ser originado por una planificación y una intencionalidad clara.

3 claves para un empoderamiento financiero

Existen al menos tres claves que ayudan a lograr un empoderamiento financiero. De la misma forma que se crearon ONGs y otras organizaciones nacionales y locales para brindar ayuda y asistencia económicamente a las mujeres que lo necesiten.

1.   Educación financiera

Es fundamental estar informado sobre las finanzas personales, el ingreso de dinero, los presupuestos y la capacidad de ahorro. En muchas familias, aún hoy, la plata es manejada por una sola persona por lo que dificulta llevar este control. Sin embargo, es importante estudiar y leer al respecto para estar preparado.

2, Establecer metas

Otra de las claves del empoderamiento financiero es el establecimiento de metas tales como eliminar deudas, crear un fondo de emergencia o ahorrar.

3. Reducir gastos

Identificar las áreas donde ocurren gastos innecesarios es clave para ajustar el estilo de vida temporalmente hasta salir adelante económicamente. Eso permite ahorrar y destinar el dinero en otras necesidades.

Eliminar deudas y cuidar el bienestar emocional son dos aspectos que se suman. En muchos casos, las mujeres no tienen un trabajo formal o estable o no pueden trabajar, por lo que dependen completamente del dinero que les pasan sus parejas. Además, muchas de ellas sufren daños psicológicos y manipulación con el fin de evitar que salgan a buscar un empleo.

El momento de pedir ayuda

Pedir ayuda no es fácil como tampoco lo es salir de una vivienda con violencia. ¿Dónde voy a vivir?, ¿qué va a pasar con mis hijos?, ¿cómo los voy a alimentar? son algunas de las preguntas que se hacen las madres antes de dejar sus hogares. La violencia financiera y psicológica no solo es para ellas sino también para sus propios hijos. La única solución es pedir ayuda.

Fatuma Hakar es un ejemplo de superación. Antártica Press la entrevistó en Kenia porque su historia debe ser contada para que no se vuelva a repetir. Fatuma pasó de niña por la mutilación genital femenina porque su familia lo entendía como un rito de paso hacia la vida adulta. Tiempo después se casó, en un matrimonio arreglado por sus padres, se fue a vivir a Inglaterra y decidió que sus hijas no iban a pasar por la mutilación.

Años más tarde decidieron volver a Kenia y las compañeras de colegio de sus hijas les hacían bullying por no estar mutiladas. Razón por la cual las niñas querían pasar por el corte sin importarles el dolor. “Yo lo viví. Conozco el efecto. Conozco el daño, conozco el dolor. Entonces no quiero que mis hijas vivan eso”, expresó.

Por ese motivo, creó la ONG GirlKind Kenya para luchar contra la mutilación genital femenina y dar cursos de costura e informática para las mujeres que buscan una salida laboral. Fatuma las ayuda a ser independientes y a volverse el sostén económico de su familia sin depender de un matrimonio arreglado.

A Suna le pasó lo mismo cuando tenía siete años “Mi madre no estaba de acuerdo en que me lo hicieran pero fue mi abuela la que me llevó. Cuando mi madre se enteró, se enfureció pero no había nada por hacer, ya me habían cortado”, recordó. Junto a otras personas abrió la fundación Mororo Interfaith CBO para ofrecer apoyo económico a las niñas del barrio, acompañamiento escolar y seguimiento en los casos de peligro de matrimonio infantil.