El gobierno mexicano admitió que prefirió liberar un hijo del narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán antes que entrar en un enfrentamiento con bandas armadas que pudo haber dejado un baño de sangre, en un hecho que la oposición y algunos analistas consideraron como una rendición del Estado frente al crimen organizado.

Ovidio Guzmán López, hijo del capo criminal encarcelado en Estados Unidos, fue detenido este jueves en la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa, y liberado horas después por decisión de las autoridades, cuando las fuerzas de seguridad que participaron en el operativo quedaron rodeadas por narcotraficantes que los superaban en número y armamento.

Sobre el hijo de Guzmán pesaba un pedido de extradición librado por Estados Unidos; pero esa solicitud no podrá ser atendida de momento porque el joven fue liberado a causa de una decisión política tomada cuando Culiacán y sus alrededores quedaron inmersos bajo una oleada de extrema violencia.

Pese las críticas recibidas, el presidente Andrés López Obrador asumió toda la responsabilidad del caso: “No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos (por el gabinete de seguridad) tomaron esta decisión de liberarlo y yo la respaldé”, dijo López Obrador en una conferencia de prensa que ofreció en Oaxaca, en el sur del país.