En la mañana de este jueves, profesores de los talleres que el PAMI brinda a sus afiliados a través del programa HADDOTMA, reclamaron frente a las instalaciones de la prestadora social por el pago de sueldos adeudados.

Estuvieron acompañados por sus alumnos, quienes se ven perjudicados por el cese de actividades.

Claudia Heredia, una de las docentes, manifestó: “En Carlos Paz hay 10 lugares donde se dan talleres; y somos 27 docentes que estamos en esta situación”.

Y dijo: “Además, hay otros talleres en localidades vecinas como Tanti y Villa Santa Cruz del Lago que también están pasando por lo mismo”.

La docente indicó:  “Nos dijeron que nos iban a pagar esta semana y después lo pasaron para julio sin una fecha precisa; entonces es imposible sostener esto. Esto es por nuestros derechos y el de los abuelos que asisten, que son aproximadamente 800”.

En este sentido, señaló que si bien hasta la semana pasada pudieron mantener las actividades; aseguró que la situación ya se vuelve insostenible.

“Los Centros de Jubilados son los encargados de pagarnos, pero a partir de un subsidio que tiene que mandar PAMI, y allí está el problema, porque no están recibiendo el dinero”, ramarcó Heredia.

Y añadió: “En 2017 ya había ocurrido el mismo problema, pero afortunadamente se resolvió luego de los reclamos en los medios de comunicación”, agregó.

Promesas incumplidas

Por su parte, Juan Manuel Gómez, docente de folklore y canto, precisó: “Dictamos clases a partir de marzo, y mes a mes nos vienen haciendo promesas de pago que no cumplen”.

“Llegamos a un punto límite porque hay talleristas que nos manejamos en colectivo y que debemos poner materiales, entonces es fundamental el pago”, dijo

“Para los abuelos, es fundamental”

El docente destacó la importancia que resulta para los adultos mayores poder concurrir a las diversas actividades que se desarrollan en el marco del programa.

“A los abuelos les hacen falta los talleres tanto como ir al médico, porque allí bailan, cantan, ejercitan la memoria y la motricidad, rejuvenecen su alma e incrementan su autoestima”, expresó.

Y ejemplificó: “Hay abuelos que van con diagnósticos de depresión a una clase de canto u otro taller, y si cortan la actividad todo lo que se vino trabajando desde marzo se pierde y los perjudica a ellos”.

“Nos hacen mucha falta estos talleres; son imprescindibles. Los profesores no cobran y no pueden vivir sin el sueldo”, concluyó una de las abuelas que se ven perjudicadas por el cese de actividades.

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