El base de Memphis Grizzlies sabía que la sanción no iba a ser pequeña. Tras haberse filmado en un vivo de Instagram con un arma y luego salieran los rumores de una escena similar en el vestuario, la NBA tomó cartas en el asunto.

“Conducta perjudicial para la liga”, ese fue el contexto que le dieron a la aparición de Ja Morant en redes sociales con armas de fuego (según investigaciones, cargadas) y su posterior suspensión para los 25 partidos iniciales de la próxima temporada.

En los 75 años de historia de la NBA, la máxima sanción que recibió un jugador fue de 86 partidos (Ron Artest, Indiana, en 2004, por violencia física en un partido). Sin embargo, la más parecida al jugador de Memphis fue la de Gilbert Arenas (Washington Wizards) en 2010 por llevar pistolas al vestuario, al que le dieron 50 partidos, el doble que a Morant.

Por su parte, la joven estrella de la NBA emitió un comunicado donde cuenta el trabajo diario que realiza en la toma de decisiones: “He tenido tiempo para reflexionar y darme cuenta del dolor que he causado. Quiero disculparme con la NBA, los Grizzlies, mis compañeros y la ciudad de Memphis. Con Adam Silver, Zach Kleiman y Robert Pera, quienes fueron las personas que me apoyaron y me dieron la oportunidad de ser un atleta profesional, pido disculpas por el daño que causé”

También, reflexionó sobre el ejemplo que quiere brindar: “A los niños que me admiran, pido disculpas también, por fallar como modelo a seguir. Prometo que mejoraré. Y para todos mis fans, haré cualquier cosa para compensarlos”.

Por último, Morant explicó que aprovecha “estos días y la suspensión para seguir trabajando en mi propia salud mental y en la toma de decisiones” y que entrenará “para estar listo cuando pueda volver a la cancha. “Espero que me deis la oportunidad de demostrar con el tiempo que soy mejor hombre de lo que te he demostrado últimamente. Esta vez si”, cerró Ja.

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