Entre las “tonadas” de los que este finde caminaron por la peatonal de Carlos Paz, compraron víveres en los supermercados y despensas y se sentaron a comer algo en los restaurantes, prevaleció la cordobesa pero se escuchó también el cantito de otras latitudes. Este fin de semana es oficialmente el primero en que los dueños de casas en localidades serranas pudieron viajar a sus propiedades pero la flexibilización en los controles de ingreso es algo que se observa desde hace, al menos, dos fines de semana.
Es que mientras el Covid-19 sigue presente en los hospitales, en las casas de familia, en las cifras de muertos que son gente de carne y hueso; en las calles de las ciudades (y no solo en las que viven del turismo) se respira un aire distinto que parece haber dejado atrás este año difícil y trágico. En lo que va del finde, el registro de casos de Covid-19 se detuvo.
Las calles de Carlos Paz, los balnearios, el centro, la Costanera y los puntos turísticos, mostraron un clima similar al de cualquier otro noviembre, en la previa de la temporada, con los cambios que la pandemia trajo en medidas de bioseguridad que en algunos casos se pasaron por alto.
Luis Tórtolo y su hijo Santi recorrieron esos lugares de la ciudad en que la gente se junta y hace notar. Con fotos y videos, el equipo de Carlos Paz Vivo! también retrató esas instantáneas que se vivieron este sábado y que seguirán dándose hasta el lunes, por el feriado nacional.
“No podemos pensar que todos los que llegaron son dueños de propiedades en Carlos Paz y en las sierras”, se animó a decir un comerciante del centro viejo mientras vendía sus productos al público.
En el peaje, y en el camino de las Altas Cumbres, el congestionamiento en el tránsito mostró esta situación de manera clara.
En el centro de la ciudad, los shows sorpresivos preparados por los comerciantes se vivieron con júbilo por parte de los espectadores-turistas. La gastronomía trabajó muy bien mientras los hoteles esperan su turno.
Las fotos son de Luis Tórtolo.