Los carlospacenses conocemos por “choperas” a los módulos verdes usados durante 20 años para el tratamiento de líquidos cloacales en una ubicación céntrica privilegiada: a un costado del Club de Pesca y frente al Playón Municipal de la costanera. En la actualidad no funcionan, pero quedaron en el lugar para recordarnos lo hediondo que supimos oler en otros tiempos.

En ese predio perteneciente al Estado provincial se instaló en 1988, durante la primera gestión de Carlos Felpeto como intendente, el primer módulo de tratamiento de líquidos cloacales con el objetivo de evitar (y tratar) el vertido directo al río San Antonio de estos líquidos provenientes de inmuebles de la zona central.

Un año antes, el biólogo y premio nobel alternativo, Raúl Montenegro, había elaborado un informe sobre la situación del lago San Roque en el cual notificaba la elevada contaminación del embalse y la presencia de organismos celulares capaces de transmitir enfermedades. Tal vez este lapidario informe haya sido una de las causas para la instalación de la primera “chopera” durante aquel gobierno municipal.

Lo cierto es que esa “chopera”, denominada así por la desagradable espuma que subía hasta el borde superior durante el tratamiento de desechos cloacales, “nunca funcionó correctamente”, señalaron a este medio desde la Coopi. “Tenía capacidad de tratamiento de líquidos de 500 conexiones del sector céntrico de la ciudad, pero de manera clandestina se superaron las 1000 conexiones y fracasó”, afirmaron.

Este primer módulo y los cinco agregados al predio en el año 2003, cuando la Coopi asumió la operatividad de los mismos, fueron eje de varias polémicas en la zona por los olores nauseabundos que emanaban del lugar, los cuales, además de afectar las actividades normales en el club y en la Escuela Carlos Nicandro Paz, irritaban a los vecinos y molestaban a los visitantes y turistas.

En el 2008, con la puesta en funcionamiento de la Planta de Líquidos Cloacales de la Variante Costa Azul, las “choperas” dejaron de funcionar luego de 20 años de olores casi constantes en esa zona céntrica. En aquel momento la Provincia, que había invertido en la instalación de los cinco módulos que se sumaron en 2003, prometió retirarlos del predio pero eso nunca ocurrió.

La Coopi propuso en ese entonces usar esas “choperas” y aprovechar toda la infraestructura para desarrollar sistemas cloacales en localidades vecinas en el marco del proyecto de saneamiento de la cuenca del lago. Sin embargo no hubo respuestas desde el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos de la Provincia.

Solo un módulo se retiró del predio colindante con el Club de Pesca: en el 2011, tras la inauguración del barrio hasta hace poco denominado “400 Viviendas”, que cuenta con la instalación de la red cloacal, se utilizó esa “chopera” para tratar los efluentes cloacales de las casas para resolver el inconveniente por derramamientos, procedimiento que todavía es cuestionado desde la Coopi.

¿Qué pasará con las otras cinco “choperas”?

En rigor de la verdad, nadie sabe. Carlos Paz Vivo! intentó infructuosamente entrevistar a las autoridades del Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos para consultar sobre la cuestión.

Desde el municipio aseguraron que “a fines de 2012 o principios de 2013, se notificó a la Provincia para que dispusieran de esos módulos y los trasladaran a otro sector”. Sin embargo, y pese a que tres de esas “choperas” están en condiciones de ser reutilizadas, no hubo respuestas.

“La Muni se encarga de hacer el mantenimiento del predio perteneciente a la Provincia: se colocó hace tiempo un alambre perimetral, usamos un depósito para guardar materiales y también limpiamos los módulos”, contaron desde la Secretaría de Desarrollo Urbano Ambiental.

Ya no hay mal olor en la zona culpa de las “choperas”, pero quedaron sus instalaciones en desuso como imagen representativa de lo poco que les importa a los distintos estamentos estatales, municipales y provinciales, la imagen e higiene de la ciudad y nuestro lago.