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“La piqueta cae sobre La Gruta”
Puente Negro – Villa del Lago
Marzo 2020

Una vez más, la piqueta del progreso habló con su tonada demoledora, y ejecutó en este caso un viejo santuario de la noche de la Villa de Don Carlos Nicandro: La Gruta.

Este legendario boliche que funcionaba en un chalet, al lado del nuevo Puente Negro (que casi le pasa por arriba) en Villa del Lago y ya había sido motivo de 2 posteos, en el invierno 2018, que trato de resumir… ‘masomenosasi’:

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“Grutas eran las de antes”
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“Trabajo de parto”

Resumen:

Leí por allí que ni bien nuestros tataratataratatarabuelos bajaron de los árboles…se metieron en las cavernas…en las cuevas…en las grutas; y además de empezar a caminar en dos patas, ya les gustaba bailotear…o “mover el esqueleto”.

¿Dije Grutas !?!

Villa Carlos Paz tuvo una. Y los carlospazonzos y carlospazonzas gustaban de meterse en ella, digo…en La Gruta, pasando el viejo Puente Negro, a la izquierda. Y ‘mover las cachas’ de paso, antes de ir a oscuros reservados.

Un piano había también, y muchas cosas más.

Nuestro relevamiento fílmico actual para EncuentroS nos está llevando a recorridas en el Espacio-Tiempo de nuestra Villa, para rescatar del pasado (y observando el presente) los sitios donde bailaban nuestros abuelos, nuestros papis, nosotros…y nuestros hijos…’anche’ nietos.

En relatos, en varios de los reportajes, en los testimonios, salta la frase de:
¡ir a La Gruta !!!

Y como camarógrafo debo decir que vi brillitos traviesos en los ojos de ellos y de más aún de ellas. Era un lugar para ir en pareja, que tenia una cierta intimidad que los grandes boliches del centro, tal vez…no la tenían. O no sé…tal vez me estoy ratoneando. Yo no viví esa época. Pero el nombre invita a imaginar.

La Gruta, luego Rockas Vivas (aunque ya sin mayor trascendencia) es uno de los boliches hasta ahora relevados que está en ruinas (Chez Amí sería otro).

Sí, sí…en ruinas. En estado total de abandono. Y con presencia de Okupas.

Hemos relevado boliches que aún siguen funcionando (Keops, Khalama, Molino, Zebra), otros que se han demolido (Balalaika, La Luciernaga, Tempo, La Vaca Echada) y otros que se han transformado en otra cosa, hasta en iglesias, templos evangélicos, supermercados…gomerías…

Pero volvamos a La Gruta, a Villa del Lago.

Caminándola con mi compañero-correligionario-camarada,  Eldor Bertorello, vimos sus restos, su pasarela de madera podrida por la intemperie, y la vista que ya no tiene al Arroyo Los Chorrillos, tapada por otras construcciones.

En el relato de un Yndio memorioso, Ernesto Gregorio Montesinos, está la humorada de aquellos tiempos que significaba tener el cartel de LA GRUTA, con toda su carga de sensualidad, al lado de otro que decía: ¡PARTERA !!!

“Mirá qué ironía, querida”…cantaría el Potro Rodrigo moviendo la pelvis. Una Gruta y una Partera al lado.

Lo cierto es que la caminata cuasi arqueológica nos depararía una sorpresa… una simpática ironía separada por unos pocos metros y …por 9 meses.

Mientras camino con mi camarita, con los cuidados del caso, escucho el grito del Piti:

-¡Filmá ese tanque, Cabezón !!!; me suele decir así, nunca supe el porqué.

Giro la cámara, enfoco y…aunque desvanecido por los tiempos, el cartel de la PARTERA sigue allí, arriba del tanque tapizado con enredaderas.

Cuesta verlo, pero aún está.

Vecinas atentas a estos posteos contribuyen con datos tales como que La Partera se llamaba Elena Medrano y junto a su esposo…eran dueños del Boliche.

No sé si hacían “ofertas” por los dos servicios en conjunto.

Sigo con este ‘trabajo de parto”, contando que tiempo después el querido Néstor Martínez, el Negro Martínez, tuvo algo que ver también con este mismo boliche.

Pasó el tiempo, implacable, y cuentan ‘otros amigos’, en voz baja, que este espacio tuvo momentos de “casa de alterne”, por decirlo de una manera decorosa, acorde a los tiempo modernos.

Antes que José Manuel las cierre, a estos antros se los llamaba whiskería, ‘escuelitas’, ‘breca’…o ‘puticlub’.

No consta en actas…pero sino en la memoria popular.

Espero no salir escrachado en las radios y TV por semejante comentario, pero el temita de los cabarets algún día debería ser contado ya como parte de una triste historia, donde los hombres iban a ahogar penas de sexo y alcohol en mujeres tristes, maquilladas de felicidad…y en casos extremos, obligadas por la situación o por otras cosas peores.

Ya en en Verano 2020 el edificio que albergaba todos estos recuerdos no está más. El Cartel de PARTERA y el de LA GRUTA ya son parte de la historia y de las leyendas. La música, los ritmos de ese piano, los besos de amor, las ‘caricias rentadas’ y todo lo susurrado en los oscuros silloncitos de los reservados, ya están flotando en el aire…mezclados con el polvo de otra demolición.

#LaGruta

#LaPiquetaDelProgreso

#LaNocheDeLaVilla