Puso a punto un sistema de reconversión de fluidos humanos para obtener agua bebible en la Estación Espacial Internacional. Se trata de una muestra de reciclado extremo.

La exploración espacial se enfrenta a numerosos impedimentos. Uno de ellos es el abastecimiento de la tripulación en una misión de largo que puede durar varios años.

Durante 2023 cayó una de estas barreras cuando la NASA anunció que había logrado reconvertir el 98 por ciento de los fluidos excretados por los astronautas (orina, sudor, aliento) en agua potable.

Esto significa que la tecnología espacial ha conseguido que, si el cuerpo humano pierde dos litros cada día en la orina, se puedan reutilizar 1,96. Un claro ejemplo de reciclado extremo.

El avance es de enorme importancia, no solo para la exploración espacial, sino también para la vida diaria en nuestro planeta, jaqueada por un inminente desabastecimiento de agua potable, debido al cambio climático.

Además de acercarnos a la posibilidad de realizar con éxito misiones espaciales de larga duración (Marte es hoy una idea fija), es también un ahorro de espacio valioso en una nave espacial, sin mencionar el factor económico.

Llevar un litro de agua más allá de la Tierra tiene un costo de alrededor de 30.000 dólares, en lo que bien podría considerarse la botella de agua más cara del mundo.

La cantidad de agua que el ser humano debe consumir diariamente es variable, según la edad, el género, la contextura y el medio ambiente. Las recomendaciones de los organismos de salud varían entre 2 y 3,7 litros por día.

En el caso de los astronautas, las instrucciones de la NASA (según un informe publicado en 2022) no se alejan tanto de esas cifras: les piden que consuman un mínimo de 2,5 litros diarios.

Hay una regla de oro: para mantener la homeostasis corporal, la ingesta de agua debe ser equivalente a la pérdida. Si cada día el cuerpo excreta unos dos litros de agua a través de la orina, eso se debe reponer.

El Sistema de Recuperación de Agua, que incluye un deshumidificador que recolecta el agua del aliento y sudor de los astronautas, y un Urine Processor Assembly (ensamblaje del procesador de orina), que convierte la orina en agua potable.

Desde su instalación en 2008, y a pesar de algunos contratiempos iniciales (a días de llegar a la Estación Espacial Internacional, el artefacto se descompuso), el complejo sistema se fue actualizando progresivamente y ha logrado aumentar su porcentaje de conversión en agua, del 85 % al 93,5 % en 2021.

El objetivo del 98 % fue anunciado durante este año.

Este último avance se logró mediante un nuevo artefacto tecnológico que se agregó en 2021, el Brine Processor Assembly (Ensamblaje del procesador de salmuera).

El sistema se utiliza para tratar la salmuera de orina que queda luego de la primera destilación que lleva a cabo el ensamblaje del procesador de orina.

Aunque ese 5 por ciento agregado a la recuperación de agua no parece significar mucho, puede materializar toda la diferencia para una misión que necesite perpetuarse casi indefinidamente en el espacio.

 

Fuente y foto: Clarín