La Justicia de Córdoba dictó un fallo significativo en el caso que enfrenta a Juan Carlos “La Mona” Jiménez con su hija, Natalia Jiménez Rufino. La jueza de Primera Instancia María Virginia Arato ha resuelto que el reconocido cuartetero deberá pagar una cifra millonaria en concepto de daños y perjuicios por no haberla reconocido como su hija en su momento.

Este dictamen, que aún puede ser apelado en dos instancias, llega después de un largo proceso. Es importante recordar que en 2021, La Mona Jiménez aceptó judicialmente su paternidad a través de un análisis de ADN.

En declaraciones a ElDoce.tv, Carolina Farías, una de las abogadas de Natalia, calificó el fallo como histórico. Destacó “la particularidad de la celeridad en el dictado de la sentencia y actuación del Poder Judicial de Córdoba, y la importantísima cifra de más de 300 millones de pesos a la que ha sido condenado el Sr. Juan Carlos Jiménez Rufino”.

La demanda por daños y perjuicios fue presentada en 2015, luego de que las partes no lograran alcanzar un acuerdo en una mediación previa. Tras la aceptación de la paternidad, en 2021, el Juzgado de Familia de octava nominación de Córdoba ordenó al Registro Nacional de las Personas inscribir a Natalia Romina Taddei como “Natalia Romina Jiménez Rufino”.

Natalia Jiménez Rufino expresó en diálogo con A la Tarde su sentir sobre el proceso: “Hoy puedo verme al espejo y decir quién soy. Ahora sí yo tengo un papel. Pero lo que no me termina de completar es por qué llegamos a una instancia en la que desde la otra parte nunca escucharon mi pedido para que sea entre nosotros, en silencio. Como no tenía respuesta tuve que recurrir a una mediación judicial”.

La historia

La sentencia de 2021 indica que Liliana Beatriz Echevarría, madre de Natalia, conoció a La Mona cuando tenía 18 años, durante unas vacaciones en Córdoba. Allí mantuvieron un romance en secreto debido a que el cantante estaba casado y la relación derivó en embarazo.

Cuando Echevarría le dijo a Jiménez que estaba encinta, este se opuso a asumir la responsabilidad porque le iba a traer problemas en su matrimonio. A partir de allí, de acuerdo a la sentencia, la mujer volvió a Buenos Aires para tener a su hija.

Por su parte, Natalia contó que se enteró que La Mona era su padre a los ocho años, por una abuela. Si bien lo vio algunas veces, reveló hace años que no tienen relación y que “él solo le pagó algunas cuotas escolares”.

La abogada Farías agregó que “es verdad que Jiménez la veía y que tuvo contactos esporádicos desde su nacimiento, tal como se probó en la causa con material fotográfico y filmográfico”. La letrada también dio cuenta de cartas enviadas por La Mona, tanto en la infancia de Natalia como en parte de su adolescencia.

En una entrevista a El Doce, Natalia aseguró que su papá la conocía desde que nació, que compartieron tardes en Córdoba cuando era niña (siempre vivió en Buenos Aires), donde viven sus tíos, y hasta se fueron de vacaciones juntos. Sin embargo, eso no bastaba y sentía la necesidad de tener un papel que asegure que no estaba mintiendo: “Es mi identidad, yo quería saber con una prueba científica. Yo lo sé, porque tengo recuerdos, fotos con él, cartas, cosas que él me regaló“, aseguró en aquel entonces.

Fuente: Eldoce.tv