Eran dos ladrones jóvenes los que logró ver la mujer. Tenían todo preparado para llevarse cuando fueron descubiertos.

Cerca de las 6.00 hs del domingo, una madre con su hija de 8 años, vivieron un momento terrible, tras descubrir que dos delincuentes estaban en el interior de su vivienda, en el barrio Villa Caprichosa en La Falda.

Según informó La Estafeta Online, ambas mujeres estaban durmiendo, cuando la menor advirtió a su madre sobre ruidos que provenían de la cocina de la casa, una ex hostería ubicada sobre Lisandro de la Torre al 400.

“Estábamos solas durmiendo en mi pieza. Yo había dejado la puerta abierta porque sabía que mi hijo iba a venir”, detalló la madre, quien señaló que todavía estaba asustada por el momento que les tocó vivir.

Con los primeros ruidos, le dijo a su hija que se quedara tranquila, “que seguro era su hermano. Incluso minutos después sentimos cómo la persona sale de la casa, algo que me pareció raro porque mi hijo siempre nos saluda cuando se va”, relató Ana.

Y siguió contando que después de 45 minutos escucharon que alguien volvió a ingresar a la casa y los ruidos se hicieron más fuertes. “Grité el nombre de mi hijo para ver si era él y sentimos que salían corriendo afuera”.

Cuando Ana salió de la habitación notó que habían dado vuelta toda la casa. De hecho afuera de la vivienda un lavarropas, un secarropa, un parlante y ropa habían sido acomodados para ser llevados.

Notó que había habitaciones y departamentos con las puertas abiertas y decidió subir a un sector de la casa donde se encontró con los ladrones.

“Eran muy jóvenes y claramente pensaron que no había nadie. Los enfrenté sin fijarme si tenían armas y, gritando, les pedí que se fueran. Por suerte se asustaron y escaparon, pero se llevaron la mochila de mi hijo que tenía unos botines que habíamos podido comprar después de mucho esfuerzo. También había documentos importantes y llaves”, lamentó Ana.

Para ambas, fue un “un shock”, lo que les tocó vivir. “Todavía estoy temblando. No puedo dejar de pensar qué hubiese pasado si mi nena o yo salíamos de la pieza. Por suerte hubo una energía que nos protegió, pero es una impotencia muy grande”, cerró.

Fuente La Estafeta Online