La comunidad de Neuquén despidió con profundo pesar al padre Carlos Alberto Calzado, quien falleció recientemente a los 76 años. Durante décadas, fue una figura muy querida y respetada como párroco de la Catedral María Auxiliadora, donde se celebró su velorio el pasado lunes. La noticia de su fallecimiento fue confirmada por la Diócesis de Neuquén y, desde entonces, numerosos fieles y vecinos se acercaron para rendirle homenaje.
Sin embargo, fue un detalle particular durante la ceremonia el que conmovió especialmente a todos los presentes y a quienes luego vieron la imagen en redes sociales: Pascual, el gato que acompañó al sacerdote durante sus últimos años, estuvo junto al féretro durante toda la despedida.
La escena, cargada de ternura y simbolismo, se transformó rápidamente en un símbolo del profundo vínculo humano y espiritual que el padre Calzado supo construir a lo largo de su vida. En un momento de recogimiento y dolor, la silenciosa presencia del felino emocionó a la comunidad y dejó una postal imborrable.
En tiempos donde las redes sociales amplifican lo íntimo, la imagen de Pascual en el velorio se volvió viral y humanizó aún más la figura del sacerdote. Fue un gesto simple, pero profundamente significativo, que expresó sin palabras la fidelidad y el amor compartido en los últimos años.
Carlos Calzado dejó una huella imborrable en la vida de muchos neuquinos. Y Pascual, con su quietud, pareció recordarle al mundo que los vínculos verdaderos no conocen de especies ni de protocolos: solo de afecto sincero.