La artista plástica Daniela Luvatti, conocida como Luva, recordó en una carta publicada en su perfil de Facebook el año que le tocó vivir desde que tuvo que atravesar una difícil operación quirúrgica en una clínica de Buenos Aires.

“Hace un año me desperté . Y cuando les dije eso de no pasar a ciegas no les mentí. Estuve presente cada segundo del proceso. Despertarme y saber que tenía que aprender muchas cosas otra vez”, señaló en la carta que le escribió a sus amigos, familiares y conocidos. 

“Aprendí a quererme. Aún cuando tenía que pegarme el ojo con cinta para cerrarlo o cuando la vista doble no me dejaba dibujar. A pesar de los errores y de las molestias. Me tuve paciencia. Lloré mucho, a solas, en silencio, a los gritos. Más de una vez me la agarré con otros, me enojé, hice berrinche. Pedí perdón, sonreí bajito, nunca aflojé”, agregó.

La carta completa

“Hace un año me desperté .

Y cuando les dije eso de no pasar a ciegas no les mentí. Estuve presente cada segundo del proceso.

Despertarme y saber que tenía q aprender muchas cosas otra vez.

En el sentido práctico tuve que aprender a tragar y a caminar sin caerme pero en el otro sentido, en el corazón de mi historia, estaba aprendiendo mucho más que eso.

La paciencia. El amor. La perseverancia.

Aprendí que con amor no hay límite para sanar.

Aprendí a quererme. Aún cuando tenía que pegarme el ojo con cinta para cerrarlo o cuando la vista doble no me dejaba dibujar.

A pesar de los errores y de las molestias.

Me tuve paciencia.

Lloré mucho, a solas, en silencio, a los gritos. Más de una vez me la agarré con otros, me enojé, hice berrinche.

Pedí perdón, sonreí bajito, nunca aflojé.

Me acuerdo de este día con la cabeza que pesaba una tonelada, me acuerdo de todos los que estuvieron conmigo, de los amigos, me acuerdo de los ruidos en el quirófano al despertar, de mi mamá llegando prácticamente conmigo a la UTI, diciéndome Hola. Me acuerdo de la anestesia yéndose, me acuerdo del chiste ese que le hice a la pela y al jere.

Me acuerdo de la Pau tratando de darme de comer, me acuerdo de la catarata de mensajes de ustedes que mi mamá me contaba que llegaban. Me acuerdo que mi papá hizo fuerza para no llorar. Me acuerdo la cara de algunas enfermeras. Me acuerdo de Javier, de Geor, de la enfermera rubia de la mañana, de la flaca que me traía yogurt de frutilla, y me decían eeeyy luva! sos famosa por acá!

Tengo el recuerdo de mís ojos tratando de enfocar algo fijo. De memorizar esa terapia intensiva para dibujarla (después lo hice).

Me acuerdo los sonidos bajitos, perdidos y el bochinche de las visitas, super esperadas por todos.

La noche, el bip bip, los olores, la oscuridad y de mi compañera de al lado llorando bajito.
Recuerdo que pensé, soy valiente. Así. Sin más. Soy valiente. Esto va a pasar.

Y después, plum. Estoy acá. Estoy viva.

Desde ese momento. Viviendo mis sueños hechos realidad.

Todos los días un desafío.

A veces duele? Si. A veces cansa? Tambén. Pero no hay escusa para perderme la vida. No me la quiero perder.

Y está soy yo ahora, en una Fontana Di trevi que sueño desde muy chiquita, sonriendo con esa mueca canchera que me quedó post parálisis (todo tiene su lado bueno), viajando sola por primera vez, rodeada y arengada por nuevos amigos, fotografiada por Andrea, amiga chilena que me miró con los ojos llenos de amor desde el primer día que nos conocimos y aquí está la prueba.

Estoy aprendiendo. He pasado un año entero en un curso intensivo de vida. Aprendiendo más y más.

Por eso, como en cada brindis de este viaje y en este brindis de cumpleaños: chinchin por estar vivos, por el aprendizaje, pero sobre todas las cosas, por nunca postergarse.
No dejarse para mañana es amor.

Gracias familia por este regalo hermoso que me han hecho. Gracias a los amigos que bancan siempre. Y a todos ustedes que están leyendo.

Son parte de mi presente.

Espero siempre poder abrazarlos para transmitirles la gratitud que siento por ustedes.

Gracias Fleni y Cardea por cuidarme, gracias Dr. Cervio y Dr. Orfila, las manos sabias que me operaron. Gracias a todos los que apoyaron arteporluva, a las bandas, a los artistas , a los que colaboraron desde lejos, los que mandaron reiki, los que rezaron, los que vinieron a verme en la internación, los que me hicieron el aguante en casa.

Dai amigahermana, Cele, @elbalconproductora, los periodistas hermosos que respetaron cada momento, todos los que me ayudaron a estar mejor y acompañaron el proceso (Gaby y el acompañamiento, Fabi y la regeneración celular, Fabián y las plantas, Sandra y la medicina china, Fabiola y la moxa, Manuel y la homeopatía, Mariana y la biodecodificación, Alicia y la magnetoterapia, Guille y qi gong)

Todos están en mi corazón. Gracias gracias gracias!

Este camino es largo y todavía queda por recorrer, pero con este equipo acompañando, es mucho más fácil y feliz transitarlo.

Hoy festejo con todos ustedes.

Feliz vida para todxs!

Feliz año compartido!

Los quiero mucho”.