PhoTortul 1886
“La Casa de La Garza”
Av. Cárcano – Villa Independencia – V. C. Paz
Invierno 2020
Especiales de Hiemacar
Arquitectura Episodio #05

Quinta (a fondo) entrega del Rescate Patrimonial que estamos realizando de la mano de Hiemacar.

Ya ‘El Vado de Villa Independencia’ quedó atrás (literal y geográficamente) como así también las Casona del Hidroavión, la Residencia del doctor Malamud y La Casa La Paz.

Sigo hacia el sur, cruzo la Cárcano de nuevo con cuidado, por el paso zebra y respetando los complicados semáforos… y pegada a la depresión del terreno que copia la ruta, originada por la porfiada vertiente que baja de la Quebrada de las Higueras está una bellísima casona, al fondo de un amplio lote.

Apunto, enfoco, disparo.

Click… click

Así la diviso desde lejos, desde la angosta vereda que quedó tras el ensanche.
Pero está tan lejos que decido entrar un poco en el patio largo, con desniveles y bancos, y otro poco meter zoom… para un par de fotos más.

Es esta la Casona de la Familia Tomassoni, según reza el cartel de chapa, aunque le pone una sola ‘S’ al itálico apellido.

Según las crónicas, es la primera construcción del sector, anterior al trazado del loteo original de Don Irós, probablemte levantada en la década del 20, motivo por el cual, estamos cerca de su centuria. Luce impecable y con signos de estar habitada, perros y motos (en orden de proximidad) así me lo indican, sin que me crea Sherlock Holmes por ello.

Perteneció a don Eladio Arredondo y luego pasó a manos a la Familia Tomassoni.

Es un bonito chalet que originariamente tenía unos 120 metros cuadrados, posteriormente ampliados a 270 respetando el estilo, pero ocupando el fondo de un larguísimo solar lleno de eucaliptos que lucen hoy horriblemente talados.

El edificio posee una galería frontal con arcos a medio punto y techumbre de tejas españolas a múltiples aguas.

La chimenea del hogar, a la derecha de la figura, da para soñar e imaginar reuniones familiares al calor de la leña con olor al árbol recién mencionado.

¿Pero para qué voy a apelar a sueños, si un nieto de don Ubaldo (que hasta heredó su nombre) fue un entrañable amigo mío… en tiempos idos?!?

Apelando a mi memoria adolescente, de acantonamiento en Villa Independencia con mi pandilla de primer año del IES (s), será siempre La Casona de La Garza… porque pertenecía a la mamá de mi amigo de la primaria (de celeste guardapolvo) Daniel Ubaldo Garcia, alias ‘La Garza’.

La creatividad no daba para mucho más: García=Garza

Hacia allí partimos cierta vez, en barra, en el Serranito rojo, y le pedimos al chofer que pare en ‘El Vado’.

Las carpas las armamos en un predio baldío, húmedo por la vertiente, entre la Casona del Hidroavión y la de la Familia de Daniel, con la tranquilidad para nuestros papis, que allí había gente amiga por si la noche venía complicada.

Entre esa pibada (que hoy peinan algunas canas o brillan peladas), recuerdo al Negro Defi, al Pichi Tallar (que llevó unas barajas ultra picantes para la época), Pablo Di Benedetto, creo que Gustavo Anders… y el anfitrión Daniel García,
o sea: La Garza.

El predio donde hicimos ese campamento, durante años fue una especie de camping, pero en la actualidad está siendo ocupado por un enorme edificio, masivo y compacto, construyendose sobre la vertiente entubada, desde la ruta hasta el San Antonio.

Desconozco si será un hotel o departamentos. Tampoco me preocupé mucho por saberlo.

Apelo al wasap (cosas buenas tienen las Redes) y La Garza me contesta gustoso desde La Calera, donde reside actualmente:

-Hola, Cabezón. Sí, esa casona era de mi abuelo Ubaldo Tomassoni, ya que se la compró a Don Irós, entre 1951 y 1955. Según se contaba siempre en la Familia, mi Nono tuvo que donar parte del lote (que es gigante) para cuando se pavimentó la ruta en su traza actual. Tengo bellos recuerdos de veranos allí, con mi abuela Dolores Estévez, mi Tío Niki Tomassoni y, obviamente, Mi Vieja Ana Maria Tomassoni, que todos llamaban Anita y que ya no está entre Nosotros. Mis hermanos Marcelo, Héctor e Inés… y mis
primos Andrea, Laura y Anibal, de apellido Tomassoni. Nos criamos allí. Jornadas enteras vivíamos entre juegos y con la cercanía del río, que pasa por el fondo de la casa. Hace unos 3 o 4 años que con mis hermanos y primos la vendimos, con bastante nostalgia.

Tras los audios de wasap, nos prometimos un café, que tal vez se demore 5 años (y no por culpa del mozo justamente)… pero el afecto perdura ya que La Garza me manda saludos para los Pibes que fuimos en esos 80s.

Es esta casona otro de los hitos destacados por el Municipio, a través del CPUA, ideal para recorrer en una caminata tranquila y sin apuro, cuando Su Majestad El COE afloje sus restricciones, ya un tanto desopilantes en algunos rubros.

Por ahora, EncuentroS y Hiemacar, a través de Carlos paz Vivo, te las muestra así… en fotos robadas desde los jardines… o desde las veredas, sin invadir intimidades actuales, ni alterar perros guardianes.

Esta saga de las Casonas del Sur… continuará en el próximo episodio…casi como en Netflix. Me imagino que me siguen… ya que prometí no defraudarlos.

#LaCasaTomassoni

#HiemacarTomaCinco

#PatrimonioArquitectonico