Es considerado uno de los nuevos exponentes de la música cubana. Kelvis Ochoa llega a Carlos Paz al espacio Oye Chico (en el complejo Malambo) para dar tres recitales con sus mejores canciones. Estará el lunes 14, el martes 15, y el miércoles 16 de enero.

Carlos Paz Vivo! lo entrevistó antes de su llegada a la villa y desde La Habana, el cantante aseguró que sus expectativas están centradas en que los argentinos escuchen su música y se diviertan con los sonidos y los ritmos.

“Espero que el público de Carlos Paz se la pase bien con el repertorio que llevamos y que nos quedemos con ganas, nosotros de regresar y pasarla bien chévere”, aseguró Kelvis que añadió: “Espero que podamos divertirnos, que celebremos que hay buen tiempo, que hay verano y disfrutar de la música todos juntos”.

-¿Cuáles son tus orígenes musicales?

-Vengo de una isla más pequeña que la grande de Cuba, soy de la isla de Pinos, y ahí crecí, empecé a hacer los primeros acordes en la guitarra. Fue un camino bien largo luego de muchas dificultades. Llegar a la isla grande, luego establecerme en La Habana donde todo estaba distribuido y la gente de mi generación estaba haciendo un trabajo bien chévere, bien lindo. Fue una suerte tener contacto con ellos, hacer una experiencia juntos y empezar a andar la vida a compartir los mismos escenarios, los pocos que teníamos en ese momento. Era una Cuba muy diferente a la de ahora, de principios de los 90, con un periodo muy duro de restricciones. Pero aún así nos encontrábamos en los parques, en las casas de los amigos, y éramos unos chicos queriendo hacer música, canciones y compartirlas con nuestros amigos y con los amigos de ellos. Fue un periodo de mucha creación, de buscar un camino, una estructura musical. Fue meterme en todo, con el rock, con los guaguancó, con un sonido cubano.

-¿Cómo se dio el proceso en el que fuiste haciéndote más conocido y difundiendo tu música?

De ahí empezó a moverse un poco más la música en la Habana, en el under ya que las estructuras oficiales estaban para los artistas establecidos. Fuimos buscando pequeños lugares en La Habana. Nos dieron un espacio y pudimos confrontarlo con el público y tener tablas. Fue un periodo bien divertido a pesar de la escasez. Seguimos trabajando gracias a una oportunidad que llegó de parte de un dúo que estaba trabajando en España. Ahí grabé cuatro compilaciones con “Cuatro Gatos”, mi grupo, y con eso viajamos a España y rápidamente BMG se fijó en nosotros y años después conformamos lo que fue “Habana Abierta”. Con este grupo, que son 7 compositores además de mí, estuve trabajando unos 10 años. Hicimos varios discos, muchas giras juntos y crecimos. Yo crecí con ellos como autor, como artista, me subí a muchos escenarios. Pasé de tener una voz pequeña, fina, a tener una voz curtida en los boliches, cantando de todo: boleros, guacancó, guarachas, rumbas, congas. Empecé a mezclar todo con lo que traía del rock y del pop. De ahí sale lo que estoy haciendo hoy que está en vías de crecer. Me gusta llevar todos estos ritmos y ponerlos en estructuras comerciales.

-Y ahora, ¿con qué se va a encontrar el público de Carlos Paz?

-De esa mezcla empezó a salir lo que soy yo y lo que estoy haciendo. Sigo investigando, mezclando sonidos. Me estoy mezclando con cantantes pop, de varios géneros. Disfruto mucho la música en su variedad y poder incursionar en otros géneros sin perder la identidad. Todo lo que hago pasa por el rock en castellano y mis referentes son todos argentinos. Quedé fascinado. El primero que escuché fue Luis Alberto Spinetta y tuve la suerte de verlo en Madrid. Él es mi primer referente en Argentina. Después conocí a Fito, a Charly García, a Serú Girán y me volví loco con el rock argentino. Desde Sumo hasta Redonditos, todo. Realmente, aprendí y bebí mucho de ahí en cuanto a melodías, estructuras, sonidos. Los brasileños también, el movimiento tropicalista y todos esos cantantes como Caetano Veloso, Milton Nascimento, son también mis referentes.