La Justicia de Jujuy investiga un caso estremecedor tras la detención de un hombre de 37 años en cuyo domicilio se hallaron restos óseos, manchas de sangre y prendas de vestir que pertenecerían a cinco personas reportadas como desaparecidas en las últimas semanas.

El fiscal a cargo de la causa, Guillermo Beller, ordenó una serie de exámenes de ADN para intentar confirmar si los elementos encontrados en la vivienda coinciden con los perfiles de las personas buscadas. La hipótesis más inquietante es que el sospechoso habría actuado en reiteradas ocasiones, atrayendo a personas en situación de vulnerabilidad.

“Por ahora no podemos hablar de cuerpos, no hay confirmación oficial. Primero nos entrevistamos con los familiares para explicarles lo que podría llegar a suceder. Todo apunta a un escenario muy grave, pero debemos esperar los resultados”, indicó el fiscal en declaraciones a C5N.

El detenido fue identificado como Matías Jurado, y su arresto se produjo durante un operativo en una casa ubicada en el barrio Alto Comedero de San Salvador de Jujuy. En el lugar se encontraron elementos que, según la investigación, tienen fuerte vinculación con al menos cinco casos de desaparición registrados entre el 11 de junio y el 25 de julio.

Uno de los desaparecidos es Juan Carlos González, de quien no se tienen noticias desde hace semanas. Al igual que las otras personas buscadas, González vivía en condiciones de precariedad o atravesaba situaciones de vulnerabilidad social.

Según los investigadores, hay indicios de que al menos dos de los desaparecidos fueron vistos por última vez al subir voluntariamente a un taxi conducido por la misma persona, un patrón que encendió las alertas en la pesquisa.

Además, varios testimonios recogidos en la zona señalan que el sospechoso solía frecuentar espacios públicos donde ofrecía trabajo o bebidas alcohólicas a personas sin hogar. “Tenemos relatos de vecinos que aseguran haberlo visto prender fuego los fines de semana. Pensaban que quemaba basura, pero les llamaba la atención el olor”, explicó una fuente judicial.

Con los estudios forenses en marcha y el material secuestrado bajo análisis, la causa está siendo tratada como una investigación por homicidio. El fiscal advirtió que, aunque las evidencias son fuertes, hasta no contar con las pruebas genéticas no se podrá avanzar con definiciones más contundentes.