Austin Rivers, actual jugador de Houston Rockets, hizo algo que pocas veces -o nunca- se vio dentro del mundo del deporte: celebró la expulsión del partido de su propio padre, el legendario entrenador Doc Rivers.

Claro, el partido enfrentaba a padre e hijo: uno en el banco de Los Angeles Clippers y su descendiente como base del equipo texano.

A falta de poco más de un minuto para terminar el juego y ante las reiteradas protestas del DT, su propio hijo pidió la falta técnica a los árbitros por los exabruptos y celebró, una vez consumada la expulsión, la decisión de los jueces.