Un nuevo elemento de prueba vuelve a poner en el centro de la escena el caso Madeleine McCann. Se trata de un disco duro hallado en 2016 en una propiedad abandonada de Christian Brueckner, el principal sospechoso, que contiene miles de archivos digitales que refuerzan la teoría de que la niña británica fue asesinada poco después de su desaparición.

El dispositivo fue descubierto durante un allanamiento en una vieja fábrica en Neuwegersleben, Alemania, que pertenecía a Brueckner. En su interior, la policía encontró más de 8.000 archivos, entre ellos imágenes de abuso infantil, documentos en los que se describen fantasías de secuestro y abuso, y otros objetos perturbadores como trajes de baño infantiles, juguetes, productos químicos y armas. Todo sugiere una planificación meticulosa de crímenes contra menores.

Además del material digital, el disco incluía documentos que comprometen aún más a Brueckner. Entre ellos, se destaca una supuesta confesión realizada en un festival en España, donde habría dicho en referencia a Madeleine: “Sí, no gritó”. Aunque la justicia alemana sostiene desde hace tiempo que tiene pruebas sólidas de que la niña fue asesinada y que Brueckner es el responsable, aún no se han presentado cargos formales debido a la falta de evidencia forense directa.

Brueckner, actualmente preso por la violación de una mujer en Portugal en 2005, podría quedar en libertad en septiembre de este año si no se le imputan nuevos delitos. La reciente difusión de estos hallazgos, que también forman parte de un nuevo documental de Channel 4, podría cambiar el curso de una causa que lleva más de 17 años sin resolverse.