Apenas cuatro días después de que Turquía anunciara que no frenaría más el paso de refugiados y migrantes a la Unión Europea (UE), miles de personas -principalmente sirios- llegaron a la frontera con Grecia para intentar ingresar al bloque y fueron reprimidos por la Policía griega con gases lacrimógenos.

El gobierno turco había decidido dejar de cumplir la función de tapón que había negociado con la UE hace años, luego que la OTAN decidiera no responder al ataque de las fuerzas sirias y rusas contra soldados turcos en Siria, esta semana.

Según el diario español El País, el anuncio del gobierno turco se difundió de inmediato por los grupos creados por refugiados y migrantes en las redes sociales y Whatsapp.

Además, la aparición de colectivos que llevaban de forma gratuita a las personas a la frontera con Grecia, completaron la impresión de que finalmente podrían cruzar a la UE, algo que se les tiene prohibido desde la llamada crisis de refugiados en la segunda mitad de 2015.

En los últimos días, miles y miles de personas llegaron a la frontera turca-griega y, pese a las expectativas, se encontraron que del otro lado, el europeo, el cierre seguía vigente.