Este 25 de diciembre, después de una Nochebuena en familia, muchos eligieron cambiar el living por el río y pasar el día al aire libre en los balnearios del Río San Antonio, tanto en Villa Carlos Paz como en distintas localidades del sur de Punilla.

Luis Tórtolo recorrió Playas de Oro y Tala Huasi y comprobó que, si bien la creciente del río y el cansancio propio de la Nochebuena hicieron que algunos se quedaran en casa, muchas familias igual se acercaron al agua y comenzaron a vivir los primeros días de la previa del verano 2026.

En ambos balnearios flameaba la bandera roja, señal de peligro por una creciente que superó el metro durante la madrugada. Con el correr de las horas y el río ya en bajante, no faltaron quienes se metieron al agua para aliviar el calor: el termómetro superó los 30 grados durante la tarde.

La nueva Playas de Oro, sin asadores

En Playas de Oro, donde semanas atrás se retiraron los asadores por decisión municipal, el paisaje mostró picnics improvisados, heladeras, sombrillas y grupos familiares que eligieron pasar el día igual. Aun con el río algo crecido y aguas turbias por la correntada, muchos se animaron a refrescarse.

Tala Huasi, con asadores

Para quienes no resignan el asado, el plan implicó unos kilómetros más. En Tala Huasi hubo fuego encendido, brasas listas y mesas armadas desde temprano. Allí también se repitió la postal: pese a la bandera roja, varios desafiaron la advertencia y se dieron un chapuzón en las aguas que bajan desde la Pampa de Achala.

Con creciente o sin ella, con asadores o sin ellos, el mensaje fue claro: el río volvió a ser el punto de encuentro para cerrar la Navidad al aire libre.