Con la apertura de las aulas del primer año, comenzó a funcionar esta semana el nuevo anexo del IPEM 316 “Eva Duarte de Perón” en el barrio Carlos Paz Sierras. Se trata de una obra ejecutada por el Gobierno de la Provincia, bajo la gestión de Martín Llaryora, a través del Ministerio de Educación que conduce Horacio Ferreyra.
Este nuevo espacio educativo, con diseño moderno y tecnología de punta, es la respuesta a una necesidad histórica planteada por la comunidad del barrio Colinas, donde se encuentra la sede original del IPEM.
El director Miguel Lorenzo, uno de los impulsores de esta iniciativa, expresó: “Este es un momento muy especial para nuestra comunidad. En tiempo récord -un año-, el gobernador, su ministro y el equipo de trabajo nos entregaron una escuela comparable con las mejores de estos tiempos”.
Un edificio del futuro para estudiantes del presente
El nuevo anexo cuenta con capacidad para seis divisiones de 30 alumnos y comenzó el lunes a dictar clases para 30 alumnos que conforman el primer año activo. La estructura rompe con el modelo tradicional de aulas fijas y propone un sistema dinámico: hay espacios específicos para lengua, matemática, ciencias naturales, ciencias sociales e idiomas. También incorpora un laboratorio, sector de robótica, un polideportivo, patio cubierto para actos, cocina y comedor escolar.
“El objetivo es que los chicos aprendan en un entorno que favorezca el desarrollo de competencias para el mundo actual. Es una escuela del futuro”, destacó Lorenzo.
Participación comunitaria desde el inicio
Durante una recorrida por el flamante edificio, el inspector Jorge Pizarro remarcó que se trata de “una política educativa inclusiva, que amplía la oferta en una ciudad en constante crecimiento”.
Además, agradeció el acompañamiento del centro vecinal de Carlos Paz Sierras, encabezado por Eduardo Altamirano, quien participó activamente desde los primeros días de obra.
Altamirano señaló: “Esta escuela era muy esperada por los vecinos del barrio. Desde el primer momento pusimos nuestras instalaciones al servicio de la empresa constructora y trabajamos codo a codo para que este sueño se hiciera realidad”.
Una historia marcada por la inclusión
El IPEM 316 nació con vocación de inclusión. “En 2001, el 70% de nuestros estudiantes tenía sobre-edad. Creamos entonces el CENMA, después abrimos un anexo en Malagueño, sumamos programas de terminalidad, y ahora llega este nuevo desafío”, recordó Lorenzo.
Y agregó: “Esto no solo beneficia a los alumnos, sino que también genera empleo docente y en otras áreas, en un contexto donde no se crean nuevos puestos en casi ningún lugar”.
Ahora comienza una nueva etapa: el diseño de la orientación que tendrá el anexo en el futuro, con participación de docentes, estudiantes, familias y el centro vecinal. “Queremos que sea una orientación vinculada a las nuevas tecnologías, al diseño de software y a las demandas del mundo laboral actual”, adelantó el director.
Fotos: Luis Tórtolo










