La historia comenzó con un pedido desesperado en redes sociales que rápidamente se viralizó. El posteo decía: “Ayer lunes 21 de julio del 2025, a la salida del turno tarde 17.10, de la escuela Mariette Lydis ubicada en Cassafousth 85 en Carlos Paz, quedó afuera sobre una pared la mesa de esta silla de ruedas. Pudimos ver por las cámaras a una persona que la agarró y entró al supermercado Becerra. LA NECESITAMOS URGENTE. Por favor pedimos a quien encontró la mesa que la acerque a la escuela. Es de SUMA URGENCIA para nuestros estudiantes. Muchas gracias”.
Detrás de ese mensaje había mucho más que una simple pérdida material. La mesa formaba parte de una silla de ruedas donada al Instituto Especial Mariette Lydis, fundamental para dos estudiantes con discapacidad que asisten al establecimiento, uno en el turno mañana y otro por la tarde.
“Más allá del soporte que brindan los arneses de la silla del rueda, la mesa es esencial no sólo para trabajar en clase, sino también para brindar contención corporal al estudiante”, explicó la directora de la Mariette Lydis, Celeste Roldán.
El incidente ocurrió en un momento de rutina, entre la salida de los alumnos y la coordinación con los vehículos que los trasladan. “La transportista tuvo que adelantar el auto para subir al estudiante, entonces bajó la mesita y quedó apoyada primero en un árbol, luego en la pared. En medio de todo el movimiento, quedó olvidada afuera”, relató Roldán.
Al día siguiente, al notar la ausencia de la mesa, el equipo escolar revisó cámaras y compartió el aviso en redes y estados de WhatsApp. “Entendimos que cualquier persona que pasara podía pensar que era algo dejado a propósito, como ocurre con juguetes u objetos que ya no usamos”, contó la directora.
Sin embargo, la pieza era única y difícil de reemplazar, ya que corresponde a una silla especial para personas de mayor tamaño, poco frecuente y valiosa para el funcionamiento diario de la escuela.
La reacción de la comunidad fue inmediata. “En apenas dos o tres horas, una persona que había visto la publicación se acercó a devolverla. Pensó que era una repisa en desuso, pero al enterarse de su importancia, no dudó en devolverla con urgencia. Fue un gesto de gran responsabilidad y solidaridad”, valoró Roldán, visiblemente emocionada.
Desde el Mariette Lydis destacaron el rol fundamental que jugaron los medios de comunicación para amplificar el pedido. “La idea inicial era solo compartirlo entre nuestros contactos, pero gracias a ustedes, que siempre están atentos a lo que nos pasa, pudimos recuperarla en tiempo récord”, agradeció la directora.
En este instituto especial, las sillas de ruedas pertenecen a la institución y son utilizadas para facilitar la inclusión escolar de estudiantes cuyas familias no pueden trasladar diariamente sus propios dispositivos. “Nosotros tratamos de que cada niño pueda estar, moverse y aprender con la mayor autonomía posible. Por eso cada elemento es vital”, explicó Roldán.
Una historia que comenzó con preocupación terminó con alivio y gratitud. “Estamos felices, agradecidos con todos los que compartieron, preguntaron y ayudaron. Es un ejemplo de cómo, cuando la comunidad se involucra, las soluciones llegan”, cerró la directora.






