A través de un discurso grabado desde la Quinta de Olivos, el mandatario destacó el efecto que la guerra entre Rusia y Ucrania provoca en la economía argentina e hizo un análisis de la coyuntura internacional y las respuestas a las que el Estado nacional apelará para moderar el impacto en los precios del mercado local y, en consecuencia, del poder adquisitivo de los trabajadores.

El discurso de casi 18 minutos se grabó a última hora de la tarde, luego que el Presidente, al regreso de su visita a la provincia de Tucumán, trabajara los detalles de sus anuncios en una reunión de la que participaron el ministro de Economía, Martín Guzmán; el de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Domínguez; el de Trabajo, Claudio Moroni, la vicecanciller Cecilia Todesca Bocco, y la titular de la AFIP, Mercedes Marco del Pont.

Varios de ellos tendrán desde este sábado la tarea de dar a conocer los detalles de las medidas del Gobierno nacional, cuyos objetivos generales fueron presentados hoy, y de buscar los acercamientos con distintos sectores para la implementación de lo que definió como “soluciones extraordinarias” ante “una situación extraordinaria”.

En su mensaje, el Presidente resaltó la nueva etapa que se abre para el desarrollo del país a partir de la sanción en el Congreso, anoche, del acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional para avanzar en un Programa de Facilidades Extendidas que reestructura la deuda de más de 44.000 millones de dólares contraída en 2018..

“Eso era necesario para que las empresas argentinas pudieran acceder al crédito. Ahora podemos desatar todas las oportunidades productivas de nuestro país. Además, podremos financiar el gasto de capital de nuestro gobierno, con organismos internacionales y bilaterales, así como también seguir fortaleciendo el financiamiento interno. Esto nos permitirá depender menos de la emisión monetaria y hacer que nuestro Banco Central se fortalezca”, reseñó.

Un serio problema

El Presidente afirmó que “la inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas” y sostuvo que “la guerra lo agrava”, al dar un mensaje desde la Quinta de Olivos en el que se refirió a la guerra entre Rusia y Ucrania y sus impactos en la economía del país.

Fernández señaló la importancia de ambos países beligerantes en la producción mundial de cereales, al proveer casi el 30% de las exportaciones globales de trigo y cerca del 80% de las exportaciones de aceite de girasol.

“El conflicto termina afectando al mundo entero, porque afecta a la producción de materias primas, centrales en nuestra alimentación cotidiana. Estoy hablando de la harina, el pan, los fideos y decenas de alimentos que consumimos en nuestra vida cotidiana”, explicó el presidente.

En este marco, destacó que “la tonelada de trigo costaba, antes del 20 de febrero -el día en que estalló la guerra-, menos de 300 dólares. El inicio del conflicto inició un alza inusitada que lo llevó a niveles récords”.

“En la historia mundial nunca el trigo llegó a costar lo que costó en estos días, alcanzando valores superiores a los 400 dólares la tonelada”, puntualizó Fernández.

De esta manera, describió que “el precio interno del trigo que se utiliza para el pan, que se estaba comercializando en torno a los .000-.000 por tonelada antes del 20 de febrero, se elevó rápidamente a valores superiores a los .000 apenas iniciado el conflicto, y en los últimos días supera los .000 por tonelada”.

“Sería absurdo cargar en la guerra la culpa de nuestra inflación, pero la verdad es que está incidiendo negativamente y causando mayores problemas. Tengo el deber de advertirles que este contexto internacional complica aún más las cosas”, advirtió el presidente.

En este sentido, Fernández aseguró que “la inflación es un serio problema para los argentinos y argentinas. La guerra lo agrava”.

“He escuchado decir que la Argentina no debería tener problemas por ser un país productor de alimentos. Ojalá fuera así. Nosotros producimos muchos de los alimentos que consumimos en nuestros hogares. Pero la formación de sus precios no depende, enteramente, de nosotros. Estos se forman en los mercados internacionales, cuyos valores han trepado y lo seguirán haciendo y, consecuentemente, ya están presionando sobre los precios internos”, aseveró.

También se refirió a quienes plantean que esta guerra representa para la Argentina una oportunidad a lo que expresó: ” Yo creo que una guerra, sin importar dónde sea, jamás puede volverse una oportunidad. Una guerra es siempre una mala noticia. Una tragedia desde lo humano, pero también desde lo social y lo económico. Desde el punto de vista humanitario ya lo hemos visto con las crudas imágenes que provienen desde Ucrania. Desde lo social, lo vemos con la enorme crisis migratoria desde sus países vecinos. Y desde lo económico, las consecuencias ya empiezan a hacerse ver”.