Perdido en la imaginación de todo niño de 8 años, colmado de energía, adrenalina y un sueño detrás de su pelota de fútbol, a Ezequiel Meyer le llegó una inesperada propuesta de su madre: estudiar piano. Y no se resistió a lo que el destino ya lo tenía preparado y se dedicó de lleno a la música.

“Arranqué de chico y no por una decisión propia, sino que mi vieja a los 8 años me dijo si quería estudiar piano y ahí comenzó todo”, explica Ezequiel.

Una amiga de su madre fue la primera maestra que le dio clases desde pequeño en el Centro de Educación Musical (CEM) durante tres años. Y a pesar de que nunca antes había prestado atención a la música, siempre estuvo influenciado por su padre, que tocaba la guitarra. A los 11 años, a la par de su padre, comenzó su relación con “la viola”.

El camino al rock ya estaba destinado y fue así que, en menos de dos años, la vida de Ezequiel dio un giro a ritmo y velocidad inalcanzable.  A los 13 años se integró a una banda como guitarrista y allí arrancó su carrera, que fue su propia escuela y también su primer ingreso monetario.

“Yo siempre fui Ezequiel Meyer, guitarrista de… Nunca había liderado un nombre como solista”, explica el cantante.

Por ese entonces, en los años ´90, artistas como Alejandro Lerner, Pappo, entre otros llegaban a tener cercanía y esa fue una gran influencia dentro de la música nacional para seguir motivándose. En la ciudad había pocas bandas y comenzó una etapa de preparación y capacitación como un desafío constante para no perder el camino y pasar todos los obstáculos que se le presentaran.

Música en Brasil

Sin dejar la música de lado, a los 17 años tomó su guitarra y un lunes por la noche se subió a un colectivo rumbo al norte de Brasil. Su hermano vivía en Fortaleza y se fue en busca de una aventura de meses que terminó durando cuatro años y medio.

“Conocí a unos locos en la playa, empezamos a tocar de jueves a domingo por todos lados y me terminé quedando allá”, explica Ezequiel y agrega: “Volví porque en un momento mi papá no se sentía bien, no era nada grave, pero eso me trajo nuevamente a Córdoba y me fui quedando acá, arrancando con las bandas”.

De regreso

Luego de pasar de banda en banda, en 2012 conformó su primer grupo musical: “Comodines”. En 2016 llega “La Eze Meyer Band”, la agrupación que además de su líder, estába integrada por Gabriel Abregu (bajo), Christian Espina (batería), Franco Falco (saxo) y Alejandro Zarate (teclado).

“Por cuestiones de conformar otra banda en Córdoba junto a David Bolzoni, tocando cuarteto en Santamarina, me quedé sin tiempo para ´Comodines´ y allí fue cuando decidí hacer un corte y armar ´La Eze Meyer Band´, donde podía controlar mejor mis tiempos”, explica.

El repertorio de “La Eze Meyer Band” está más dirigido al blues y el rock; si bien muchos de los temas son covers, también se intercalan temas de la discografía grabada ese mismo año con 6 temas propios. Uno de los temas fue grabado en homenaje a Scott Henderson (guitarrista norteamericano), referente del cantante.

Además de su propia banda, el cantante y guitarrista está haciendo temas de Santamarina junto a David Bolzoni.

Santamarina fue una de las primeras grandes bandas del cuarteto (1982-1997), ganándose toda la plaza no solamente de Córdoba sino que de todo el país, y luego de haber parado 20 años, regresan junto con la voz de David Bolzoni.

“Muchos músicos de rock han tocado cuarteto alguna vez. Todas las bandas de cuarteto tienen un músico que es rockero”.

Abocado siempre a la música como cantante, guitarrista, enseñando y dictando clases particulares, sesionando para Cesar Palavecino (Operación Triunfo) con giras por todo el país, entre otras tantas experiencias y aventuras, Meyer no sólo hace difusión de su talento, sino que también contribuye con las presentaciones de las demás bandas en diferentes bares y discos de la ciudad.

Ezequiel Meyer, en acción.