“Estoy dolorido y frustrado por todo lo sucedido. Pasé y sigo atravesando una situación que no se la deseo a nadie”. Flavio Ríos, el chofer baleado y robado el último viernes por la noche en Tanti, habló en exclusivo con Carlos Paz Vivo!

Pasadas las 22:30 del viernes, el conductor del interurbano de la empresa Grupo Autobuses Santa Fe frenó en la plaza de Tanti para que descienda el último pasajero, tras lo cual cortó el servicio del trayecto Cuesta Blanca – Carlos Paz – Tanti, que estaba bajo su responsabilidad.

“Encendí un cigarrillo y arranqué para devolver la unidad. De repente apareció un tipo por atrás y me golpeó. Empezó a pedirme la plata y el celular”, relató Ríos.

El delincuente lo forzó a conducir según sus indicaciones, sometiendo a la víctima a una violencia brutal: “Mientras manejaba me insultó y me pegó al menos cinco culatazos en la cara, en la cabeza, en la mano y la cadera”.

Cuando el delincuente lo obligó a frenar, volvió a exigirle toda la recaudación y el celular, lo golpeó nuevamente y se bajó con el dinero. Se dio vuelta y le disparó “dos o tres veces, no recuerdo”, dijo el chofer todavía conmocionado.

Lo cierto es que, además de las lesiones por los golpes, Flavio Ríos sufrió dos heridas de bala: en una de sus manos y en la zona de la cadera. La bala de esta última herida permanece alojada en su cuerpo.

El pedido de socorro

Malherido y bañado en sangre, el chofer arrancó nuevamente el colectivo y circuló por la Ruta 28, giró en U y frenó en una estación de servicio para pedir auxilio.

Eran las 22:28, según las filmaciones del lugar, cuando Ríos frena y desde el interior del coche le grita a un playero de la estación. “Le pedí que se acerque para que me viera y llamara a la policía. Yo me quedé sentado en la silla del conductor y el hombre me pedía que no me duerma”.

“Siento que fue un abandono de persona”

Como si todo lo que vivió fuera poco, Ríos debió soportar un fin de semana de terror: “El sábado pasé ocho horas en la guardia del Hospital Domingo Funes hasta que la Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART) de la empresa de la que soy empleado me envió la ambulancia para el traslado a la Clínica Vélez Sarsfield de la ciudad de Córdoba”.

Al menos en el hospital de Santa María de Punilla recibió una buena atención primaria por parte de la enfermera a cargo. “La mujer me higienizó y me trató muy bien, al igual que los médicos”.

Sin embargo, el drama continuó: una vez en la clínica de la capital provincial, el chofer tuvo que lidiar con las demoras en la atención como consecuencia del incumplimiento en la prestación del servicio de ART que contrató el Grupo Autobuses Santa Fe.

“Sentí que fue un abandono de persona. Primero por el tiempo que tuve que esperar la ambulancia en el hospital Funes y luego porque en la farmacia le decían a mi hijo que yo no tenía cobertura de ART”, denunció el conductor, y agregó: “En la clínica pensé que recibiría un trato más humano, pero me equivoqué”.

El domingo y el lunes continuaron los idas y vueltas, los reproches a la empresa y las excusas de la ART. “Simplemente necesitaba una ambulancia para el traslado de mi casa a la clínica de Córdoba para las curaciones. Los médicos me pidieron que me moviera en ambulancia por el riesgo que representa tener la bala alojada en mi cuerpo”.