Estados Unidos prohibirá a sus ciudadanos viajar a Corea del Norte a partir de fines de agosto, anunció hoy el Departamento de Estado, un veto que llega tras la muerte hace un mes de un estudiante estadounidense que viajó como turista al hermético país asiático y acabó en coma tras ser condenado a 15 años de trabajos forzosos por intentar sustraer un cartel de propaganda.

“Debido a las crecientes preocupaciones por el grave riesgo de arresto y detención a largo plazo bajo el sistema legal norcoreano, el secretario (de Estado, Rex Tillerson) ha autorizado una Restricción de Viajes Geográficos a todos los ciudadanos estadounidenses para viajar a Corea”, apuntó en un comunicado la vocera del Departamento de Estado, Heather Nauert.

“Una vez en vigor, los pasaportes estadounidenses no serán válidos para viajar hacia, por y en Corea del Norte, y las personas deberán obtener un pasaporte con una validación especial para viajar a Corea del Norte o dentro” de ese país, agregó.

Según indicó la vocera, citada por la agencia de noticias Ansa, las personas que deseen viajar a Corea del Norte para “ciertos fines humanitarios o de otro tipo” pueden solicitar al Departamento de Estado un pasaporte de validación especial.

Entre 800 y 1.000 estadounidenses visitan cada año ese país, según las estimaciones de organizaciones de viajes. Se calcula que supone un 1% de los visitantes extranjeros.

La restricción entrará en vigor 30 días después de ser publicada en el Registro Federal, algo que ocurrirá la próxima semana. Violar un veto al uso de pasaportes estadounidenses en un determinado país puede castigarse con una multa o hasta 10 años de cárcel.

Otto Warmbier, estudiante de 22 años, estuvo 17 meses encarcelado en Corea del Norte tras ser acusado de tratar de robar un cartel de propaganda en un hotel y posteriormente fue condenado a 15 años de trabajos forzosos al ser considerado culpable de ?actos hostiles contra el Estado?.

El joven fue detenido en enero de 2016 en el aeropuerto de Pyongyang tras realizar un viaje de cinco días por el país, organizado por una agencia de viajes de China, donde estaba realizando un intercambio académico. “He cometido el peor error de mi vida”, dijo en una supuesta confesión pública en febrero de 2016.

Pocos días antes de morir, Corea del Norte liberó al joven, que fue trasladado a un hospital de Cincinnati (Ohio), donde falleció por un ?daño neurológico grave? que sufrió durante su cautiverio.

Hay otros tres estadounidenses retenidos en Corea del Norte, que utiliza los encarcelamientos como arma de presión en su disputa con Estados Unidos por su programa atómico.