Este lunes se celebra el Día del Cartero, una profesión que, como todo, con el correr de los años fue virando y se fue adaptando a las nuevas necesidades.

Sólo algunos nostálgicos y arraigados a la esquela de puño y letra mantienen viva esta forma de comunicación, ya que desde hace varios años, con su instantaneidad las herramientas tecnológicas le dieron un “cachetazo” a la carta.

Hoy la profesión se mantiene gracias al envío de correspondencia y artículos que se venden por internet y; para desgracia (en muchos casos) de quienes reciben las famosas carta documentos y telegramas.

Atrás quedaron los envíos de postales y las cartas de amor, perfumadas en muchos casos. Pero por suerte quedan los carteros de oficio, como Ramón Amaya, quien hace 33 años presta servicio y conoce todo -absolutamente todo-, y comparte sus anécdotas con Carlos Paz Vivo!.

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