Susana del Valle Sosa era muy querida en la comunidad de Villa Carlos Paz donde entregó su vida al trabajo como enfermera en el Sanatorio Punilla y otros establecimientos.

Nada hacía presagiar que su final fuera tan horrible y su vida terminó de la peor manera bajo los golpes cobardes de la expareja de su hija.

El hecho ocurrió el 6 de febrero de 2022, en la casa de barrio la Cuesta en la que vivía Susana junto a su hija y una de sus nietas.

Como había ocurrido otras veces, Miguel Nicolás Garay, había llegado a hostigar a las mujeres pidiendo hablar con Liliana, la hija de Susana.

En esa madrugada, la insistencia llegó hasta el extremo de que arrojó piedras a la casa y al auto de la familia.

Los vecinos llamaron a la Policía pero los efectivos que llegaron en el móvil se limitaron a decirle al agresor que se fuera. Y lo dejaron ahí, merodeando el barrio.

La tragedia se desencadenó cuando Liliana salió en el auto a formular la denuncia en la Comisaría a la que había ido y vuelto varias veces. Esta vez, cuando regresó se encontró con su madre tendida en el piso, con golpes en el rostro y en el cuerpo.

La mujer agonizó varias horas y murió.

El agresor se escapó por la montaña cercana pero fue apresado.
Liliana lo había denunciado en seis oportunidades pero al parecer se cajoneó todo.

Garay fue imputado del delito de femicidio vinculado. “Se habla de femicidio transversal cuando el autor de la muerte tiene en su mente una razón más, aparte de acabar con la vida de una persona, y está dado por su intención de causar sufrimiento a través del homicidio a la persona con quien tiene o ha tenido una relación afectiva o de pareja”, explicó en su momento el fiscal del caso, Ricardo Mazzuchi, a Cadena 3.

El caso está pronto a ser elevado a juicio.