Satélites del tamaño de una lata de gaseosa realizados por cinco equipos de estudiantes secundarios provenientes de diferentes provincias fueron lanzados hoy desde el Centro Espacial Teófilo Tabanera, en Falda del Cañete, Córdoba, para recabar información sobre problemáticas ambientales en el marco de la competencia Cansat Argentina.

“Nuestra misión consiste en detectar microplásticos en el aire. La idea surgió porque en Argentina no hay mediciones de cuánto microplástico hay en el aire, como sí hay en México o Inglaterra”, contó luego del lanzamiento a la prensa Santiago Giacolla, estudiante de la Escuela de Educación Técnico Profesional Nº 643 Granaderos de San Lorenzo de la localidad de Roldán, Santa Fe.

Nervioso y emocionado, como el resto de los integrantes de su equipo “Roldán 2” y de todas las personas presentes, Santiago aguarda ahora el análisis de laboratorio de la muestra de aire que logró capturar el satélite mediante un preciso sistema que abrió una compuerta cuando estaba en el aire y la cerró antes de que cayera.

Para Mateo Moraga, estudiante del Colegio León XIII de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires e integrante del equipo Hyperion, “la experiencia fue algo distinto a todo lo que había hecho antes; fue un proceso largo y logramos el primer objetivo que fue lanzarlo exitosamente”.

Pero, además, el joven también está satisfecho con los primeros resultados que observaron: el objetivo de esta misión, que bautizaron Luminet, era medir “los índices de contaminación lumínica y posterior a eso llegar a un halo de proyección de hasta qué altura llega esta contaminación; lo que logramos es un registro de referencia en una zona lejana a una ciudad, ahora hay que continuar midiendo para establecer comparaciones”.

“Esta experiencia fue muy importante porque pudimos involucrar distintas áreas que ven por separado en la escuela; esto hace que ellos puedan unificar esos contenidos y encontrarle un sentido”, indicó por su parte Marcelo D’Andraia, docente de la León XIII.

En la misma línea, Matías Leuci, profesor del Colegio Nacional de Monserrat de Córdoba capital e integrante del equipo Novationes, sostuvo que “lo que propone CanSat gira en torno al aprendizaje basado en proyectos, que es diferente al que se da en el aula y con un nivel de exigencia y duración que requieren un nivel de compromiso muy alto y un gran ejercicio de tolerancia a la frustración”.

La misión de Novationes se llama Dustbusters y apunta a medir la contaminación ambiental por polvo, a partir de sensores que viajan a bordo del satélite.

Por su parte, Baltazar Lescano estudiante del Instituto Técnico de Aguilares, en la localidad tucumana de Concepción e integrante del equipo “Cóndor Salvaje”, contó que la misión de su satélite, que bautizaron como “Ojo de Cóndor”, era medir la calidad del aire y la contaminación que produce la quema de caña de azúcar y los basurales a cielo abierto.

“Nos habíamos propuesta un tercer desafío que era que el satélite tuviera un descenso guiado, pero no lo logramos como lo habíamos previsto, probablemente por el viento”, contó, aunque manifestó que eso no les quito la emoción del lanzamiento.

Por último, el equipo Concorsat, de la Escuela San Roque González de Santa Cruz (Concordia, Entre Ríos) lanzó su satélite para la misión Saint-Exupéry con el objetivo de medir la contaminación auditiva y se llevan 20 segundos de grabación que analizaron para compararlo luego con otros entornos.

Qué es CanSat

Cansat es una competencia internacional impulsada por varias agencias espaciales del mundo, entre ellas la NASA de Estados Unidos y la ESA de Europa.

La propuesta es que los y las estudiantes puedan construir una carga útil, cuyo tamaño no supere el de una lata de gaseosa, y lanzarla en un cohete; de allí el término Can (lata) y Sat (satélite), por sus siglas en inglés. Una vez lanzado, el satélite llega a una altura de unos 400 metros, realiza las mediciones para las que fue programado, y cae.

Tras recibir capacitaciones por parte de especialistas para adquirir los conocimientos, herramientas y materiales necesarios para llevar adelante el desarrollo del proyecto, cada equipo realizó su misión Cansat, y luego de diferentes instancias de trabajo y evaluación, el 22 de agosto pasado se conocieron los cinco equipos que lanzaron hoy sus pequeños satélites desde Centro Espacial de la Conae.

 

“La educación se trata de abrir caminos y oportunidades, y es muy emocionante ver que la escuela, que a veces parece aburrida, puede generar esta pasión y voluntad por aprender”, señaló en diálogo virtual el Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, luego de dialogar con cada uno de los cinco equipos.

Y continuó: “Los cambios que vienen son enormes y cada vez son más acelerados. La posibilidad de estudiar y capacitarse para esto será fundamental, para ustedes y para el país”.

Por su parte Raúl Kulichevsky, director ejecutivo y técnico de la CONAE, destacó que más allá de los conocimientos técnicos, quienes participan de la competencia se llevan otros valores como “el trabajo en equipo y no bajar los brazos: hubo dos equipos que el año pasado no lograron los objetivos y no se rindieron, eso habla de la pasión de los jóvenes que están aquí”, sostuvo.

“Cansat tiene muchas aristas; una es lo federal, acá tenemos escuelas de cinco punto del país lo que demuestra que para hacer estas actividades no hay que vivir sólo en una ciudad; también los temas que eligieron, todas misiones importantes en términos ambientales que es una problemática que tiene cada vez más relevancia”, continuó.

Segunda edición

La competencia Cansat 2023 es la segunda edición realizada en Argentina. Se inscribieron 490 equipos de 23 jurisdicciones y estuvo y continúa apoyada por las empresas VENG, INVAP y SpaceSur, la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y el Ministerio de Ciencia y Tecnología de la provincia de Córdoba.

Entre sus dos ediciones, Cansat Argentina convocó a más de 1.400 equipos de colegios secundarios de todo el país, con una participación total de 7.000 alumnas y alumnos.