En ningún lado dice que el pan dulce, los turrones, confites y garrapiñadas -sólo por nombrar algunos de los productos-, no pueden comerse fuera de las últimas dos semanas de cada año. Sin embargo, por costumbre son alimentos que sólo se comercializan en esa época.

Por eso, sorprende cuando, en pleno octubre, las cadenas de supermercados comienzan a exhibir en sus góndolas este tipo de golosinas y panificados. Y eso es lo que sucede en Villa Carlos Paz, que desde mediados de esta semana ya se puede ver una variedad de alimentos típicos de las fiestas.

Si bien las marcas más reconocidas aún no aparecieron en góndolas, ya están a la venta las elaboraciones artesanales de algunas cadenas y las líneas económicas de los productos.

Por ejemplo, hay pan dulce de elaboración industrial que se comercializan desde los 138 pesos y los de producción artesanal comienzan en 189 pesos. Lo budines de elaboración propia cuestan 99 pesos.

Por otro lado, las garrapiñadas comienzan en 35 pesos, los confites en 59 pesos, los turrones con maní desde 33 pesos, pasas de uva con chocolate desde 135 pesos.